Soñé un sueño

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Editado: 07 de abril de 2019

Los gobblins salieron como cucarachas de entre la tierra y rápidamente se posicionaron en línea horizontal frente al bando enemigo; cada uno de ellos con la respiración agitada y una expresión sumamente agresiva a los ojos de los aliados, que no perdiendo tampoco el tiempo se posicionaron para enfrentarlos.

Estando los bandos listos, los gobblins fueron los primeros en lanzarse a la batalla; los elementales elegidos, siendo la primera línea de la defensa, esperaron a que se acercaran y una vez que estos cruzaron la línea imaginaria de su tolerancia, atacaron.

Llamaradas, chorros de agua, ventiscas y rocas estallaron contra los agitados enemigos, que acumulados como insectos salieron volando por los aires y se dispersaron, más no fueron derrotados y optaron por atacar por los diferentes ángulos que pudieran.

Fue en ese momento en que los demás elementales entraron en acción, las llamaradas por parte de los brann del lado izquierdo y el agua por parte de los soldados vann por el lado derecho; mientras que Fishlegs, Snotlout, los gemelos y Gema cuidaban el lado sur en conjunto con Eret y Camicazi.

Mientras que los neutrales, a pesar de no poseer el dominio de un elemento, defendieron fieramente su territorio con espadas y hachas; igualmente Astrid que los secundó haciendo uso de su poder para crear su propia artillería.

Sin embargo, conforme más engendros mataban, más aparecía de entre el subsuelo, tan rápido que no se podía distinguir cuántos eran, lo único que se podía apreciar es que el número estaba superando por mucho al ejército de aliados, que por si no fuera poco lo que estaban enfrentando, escucharon unos estallidos en uno de los extremos del palacio.

—¡Son los establos de los dragones! —alertó Valka.

Los aliados que entre estar peleando y cuidándose las espaldas observaron que los gobblins habían alcanzado efectivamente los establos de dragones, y como era de esperarse, estos los atacaron hasta hacer salir a los refugiados de sus sitios.

—¡arggg! Esto no parece tener fin. —gruñó Hiccup mientras terminaba de degollar y quemar a unos con su espada. —Si siguen así se apoderarán de todo el palacio.

—Tal vez sea hora de usar ese ataque conjunto ¿No crees? —Sugirió Astrid mientras cortaba la cabeza de otro engendro.

—No es mala idea, Mi lady. Debemos reunirnos con los demás.

Poco a poco el matrimonio fue retrocediendo para reagruparse con los demás elementales elegidos que se habían esparcido por la euforia de la batalla.

.

No muy lejos de ellos, Gustav seguía peleando ferozmente contra los gobblins, cuyas cabezas salían volando al contacto con su espada; una acción que definitivamente lo hacía sentirse orgulloso de ser neutral; y más porque Ruffnut y Gema, quienes eran las que estaban más cerca de él, lo felicitaban a cada momento por su gran valentía, algo que le sirvió para acrecentarle la autoestima.

Habiendo terminado con el último que había osado a enfrentarlo, se volvió hacia todos los lados para ver a quien más podía socorrer; fue ahí cuando lo vio, el dragón pesadilla monstruosa que lo había rechazado estaba siendo sometido por un grupo de gobblins que lo empezaron a atar de alas y patas, y a pesar de que el reptil se envolvió por completo de fuego no fue suficiente para romper aquellas cadenas.

Gustav sintió una gran furia al ver como esos seres pretendían atarle el hocico, que corrió en su auxilio, abriéndose a espadazos el camino de los gobblins que querían detenerlo; Gema y Ruffnut, estando al pendiente de él también lo ayudaron a despejar el área.

LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)Where stories live. Discover now