LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)

Viaje al pasado pt 3

Editado 31 de marzo de 2019

Capítulo 39.

Viaje al pasado parte III

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Como rey de Noytrol, la primera acción de Honeir fue construir un lugar más estable tanto para pegasos y equinos, así como para los neutrales. Con la ayuda de Riziko aprendió a usar alguna de las habilidades que tenía como quinto elemento o más bien las habilidades que la piedra de la neutralidad le "otorgaba".

Después de haberlo pensado minuciosamente, Honeir había optado por ocultar la fuente del poder de la piedra a su gente, ya que no quería que estos se sintieran extraños o lo vieran de manera diferente, los únicos que sabían plenamente la verdad fueron los pegasos, que leales a él, le guardaron su secreto.

Con aquel poder adquirido, el rey construyó lo que fueron los primeros cimientos de la ciudad de Noytrol, así como el palacio de cristal, el cual por dentro era como una fortaleza en caso de algún percance. La gente y demás criaturas se establecieron y conforme convivían se empezaron a hacer enlaces entre equinos y unicornios con neutrales. Entre otras cosas que hubo nuevas fue la creación del concejo, a falta de sus principales amigos, Honeir escogió selectamente a otro grupo de personas para que lo apoyaran en aquella labor, sin embargo su principal consejero fue Riziko, que a pesar de no haber formado un enlace con él, este se mostraba especialmente interesado en velar por su seguridad; también se creó el primer ejercito de Noytrol, que aunque no era muy grande, estaba formado de valientes guerreros, que después de haberse asentado en ese lugar estaban dispuestos a protegerlo a costa de sus propias vidas.

Luego fue momento de poner en marcha la encomienda de los dioses y la cual según Honeir sería la más difícil: hablar con los elementales para tratar de establecer paz con ellos.

Así que en compañía de un grupo pequeño de neutrales guerreros y Riziko, Honeir se embarcó en la travesía del pueblo elemental más cercano. Durante su recorrido se fueron encontrando más neutrales fugitivos que se unieron a su causa y para cuando finalmente llegó al primer pueblo elemental contaba con un grupo de 20 neutrales, de los cuales sólo 5 formaban parte de su pequeño ejército.

Al llegar al pueblo y ser detectados como neutrales, dado a que no se identificaron con sus elementos, de inmediato hizo que los elementales se pusieran a la defensiva; sin embargo, al ver que un pegaso los acompañaba, se abstuvieron de hacerlo pues aún "respetaban" a los dioses y eso incluía respetar a los pegasos.

El entonces gobernante de aquel pueblo era un hombre vann de aspecto áspero, quien ilusamente pensó que la llegada del pegaso era para recibir alguna especie de bendición por parte de él. Así que calmó a todos sus habitantes, y personalmente fue a recibir a los recién llegados, pero quien más le interesó en primera instancia fue el pegaso que acompañaba al aparente líder del grupo.

— Sea bienvenido mensajero de los dioses, ¿A qué debemos tan honorable visita? —Preguntó hipócritamente mientras se sobaba las manos, ansioso por recibir algo.

Riziko relinchó.

—No soy yo quien ha venido con el mensaje, sino él. —señaló al joven rubio que estaba aún lado de él. —Así que escuche lo que tiene que decir.

El hombre vann pronto cambió su semblante y miró despectivamente al nervioso muchacho, pero como no podía negarse a la petición del pegaso accedió a escucharlo. Mientras tanto, Honeir trataba de mostrarse seguro ya que si no lo hacía sólo quedaría en ridículo, sin embargo, sus nervios estaban causándole estragos que olvidó cómo debía empezar.