LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)

Diferente a los demás

            

Capítulo 7.

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Diferente a los demás.

BERK

Habían pasado días desde que Fogo había encomendado a sus súbditos la misión de encontrar la piedra, al no tener reporte por parte de estos, empezó a sentir la presión por los deberes e inquietudes que tenía que atender por su pueblo; tenía un sentimiento que no sentía desde hace mucho y que lo empezó a confundir en ese momento;  no tenía madera de líder, era el pensamiento que más lo dominaba, nunca la tuvo, lo aceptaba;  sin embargo la ambición y la envidia que siempre le había tenido al jefe de Berk habían sido algunas de las determinantes que le habían dado la fuerza para traicionar a los suyos.

Sin embargo; esa fuerza que lo hizo enfrentarse con gran osadía a los anteriores líderes de la nada parecía haberse ido; se empezó a sentir débil y con miedo, sentimientos que no tenía desde la infancia y que había logrado superar con la ayuda de su hermano y el deseo de venganza; y que necesitaba volver aplacar con la piedra de la neutralidad con la que planeaba hacer que los reinos se arrodillaran ante él.

Por lo que seguiría esperando impacientemente, sentando en lo que alguna vez fue la silla de Stoick el Vasto y Hiccup Haddock, jugando con un lápiz de carboncillo en un intento de imitar ese gesto de sus antiguos jefes, sólo que en él se veía más patético ya que en vez de demostrar gran determinación, mostraba inseguridad y su notorio miedo.

"Veo que las cosas no están saliendo como querías."

Una voz escalofriante por detrás de su espalda hizo que Fogo  se levantara precipitadamente de su asiento, sin embargo al girarse no había nadie detrás de él, sin embargo; un asqueroso aroma a putrefacción empezó a expandirse por toda la habitación la cual hizo que se le revolviera el estómago y lo obligó a huir de ahí, pero antes de poder siquiera cruzar la puerta, de entre las sombras, se formó una misteriosa silueta que cruzó lo plano de la oscuridad para adquirir una forma material frente al traidor brann, tal fue la sorpresa de Fogo que cayó de espaldas, no creyendo lo que sus ojos veían, pues era una versión de sí mismo pero más deplorable.

—Calma. —Susurró su doble acechándolo lentamente. —¿No reconoces a tu propio hermano?

— ¿D-drago? —Titubeó el tembloroso Fogo. — ¡No!, tú estás muerto, te enterré.

Aquel ser se fue acercando más a luz revelando a una persona en total estado de putrefacción, a la cual le faltaba un brazo, mientras que sus otras extremidades se pudrían lentamente y de donde borbotaba un líquido viscoso y apestoso.

—Digamos que encontré una manera de sobrepasar la muerte.

Fogo no podía parar de temblar del miedo ya que siempre le había temido a su hermano, a pesar de que eran gemelos, su hermano Drago siempre había sido más fuerte que él.

— ¿Crees que por haber comido el corazón del pegaso ya eres fuerte? —preguntó el muerto de repente.

— ¿C-cómo sabes eso?

Como respuesta, el espectro de Drago desapareció por debajo de su sombra inferior.

— ¿D-Drago? —llamó el tembloroso de Fogo poniéndose de pie.

—Porque yo lo sé todo. —respondió el cadáver apareciendo detrás de él.

Del susto, Fogo se echó al suelo y se hizo un ovillo, acto que hizo que su hermano burlara de él.

—Sé  que en realidad no tienes más poder como crees tenerlo, lo que pasó en tu victorioso enfrentamiento fue sólo...fuerza de voluntad. —contó apáticamente.