Tiempo de amar.

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Los labios de dos amantes secretos se seguían encontrando una y otra vez, en ese momento sus mentes no estaban más que concentradas en conocer la boca del otro, ni siquiera el respirar adecuadamente pues muy apenas lo hacían entre los intermitentes besos que se daban.

Estando recostados en el pasto, el jorden sostenía fuertemente la delgada cintura de la vinter y se limitaba a acariciar únicamente esa zona, pero cuando la intensidad de los besos aumentó, su ser y en sí todo su cuerpo imploró por más, lentamente comenzó a deslizar su mano por debajo de la blusa de Heather, curioso por sentir aquello que en sí le parecía prohibido, aunque no tanto en ese momento, sin embargo su compañera pareció disentir en ese pensamiento pues al sentir su traviesa mano se separó abruptamente de él.

—Uh... Heather, perdón, perdón. —susurró el agitado Spinel, creyendo que se había propasado.

Heather no respondió. Evitó ver a su acompañante mientras se tocaba los labios, los cuales sentía palpitantes y algo le decía que también debían estar muy enrojecidos por el prolongado contacto que tuvo con el jorden.

—No, yo... lo siento. —Balbuceó. —No debí...lo siento, esto no...

Sacudió la cabeza confundida y molesta por no poder expresarse bien, pero todo era debido a la pena que sentía, en ese momento no podía dar explicaciones, así que optó por hacer lo que los vinter hacían mejor: escapar. Se puso rápidamente de pie y pretendió alejarse, pero Spinel no lo permitió y la tomó del brazo antes de que pudiera huir.

— Espera un momento Heather, ¡¿Qué haces?! ¿Qué acaso no sientes lo mismo que yo?

—¡Claro que sí! —Gruñó esta encarándolo. —Es sólo que...—

El jorden notó como su querida vinter fruncía el entrecejo, lo que generalmente hacía cuando estaba frustrada.

— ¿Tienes algún tipo de incertidumbre?, ¿Miedo? —trató de adivinar.

—Spinel... todos tenemos miedo, y no está demás ¡estamos en una guerra! pero...

— Pero ¿qué? ¿Qué te detiene?

—Soy una vinter...—respondió ella como si fuera lo más obvio.

— ¿Y eso qué? Yo soy un jorden...—Rio. — Ve a nuestros amigos, son de diferente raza y aun así se casaron, ¿Sigues siendo prejuiciosa?

—¡No! claro que no, eso es estúpido, pero, a lo que me refiero es que yo estoy acostumbrada a un estilo de vida muy diferente al tuyo, yo huyo, vuelo, no puedo quedarme quieta ni un momento en un solo lugar.

Spinel resopló comprendiendo a dónde iba el asunto; metió las manos en los bolsillos del pantalón y lo meditó seriamente; recapitulando cómo era su estilo de vida.

Él, como buen jorden, le gustaba vivir en un solo lugar lo más cerca de la tierra posible, no era nómada como los vinter, cosa que alguna vez le criticó a Heather, y más la comprendió pues el pedirle que se quedara con él sería como cortarle las alas a Windshear.

Mientras tanto Heather (también silenciosa) esperaba algún comentario o respuesta al mismo tiempo que se sentía como toda una egoísta al decirle aquello, cuando la verdad era que ella estaba dispuesta a estar con él bajo cualquier circunstancia, más su instinto le decía que no debía tener apegos sentimentales con nadie hasta que terminara la guerra, no quería sufrir.

—Heather, yo iría contigo a donde fuera, aunque tuviera que ponerle alas a Kaiser. —respondió Spinel después de su breve meditación.

La vinter sonrió ante aquel comentario sincero del jorden y pensó que lo mejor sería decirle la verdad a engañarlo piadosamente.

LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)Where stories live. Discover now