LA GUERRA DE LOS ELEMENTOS (TERMINADA)

Perdón

Editado: 14 de abril de 2019.

Temporada final.

"La guerra de los elementos: La batalla final."

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"El primero en pedir perdón es el más valiente. El primero en perdonar es el más fuerte. El primero en olvidar es el más feliz"

"Sri Ravi Shankar"

Capítulo 41

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Perdón

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La noche rojiza había caído sobre la isla embrujada.

Después de ver lo que les deparaba en un pronto futuro, Camicazi y Gothi se retiraron a descansar ya que ningún miembro del equipo había vuelto de su paseo nocturno, por lo que acordaron dar las malas una vez que todos estuvieran juntos por la mañana.

Minutos después, los integrantes del equipo fueron regresando de par en par a la casa; para algunos de ellos la noche había terminado, pero para otros aun no acababa.

Había tanto que descansar, pero también que decir y que hacer, que así la noche y las horas pasaron rápidamente para algunos...

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Otra vez. Un destello de luz atravesó a cada uno de sus amigos y esposo, y ella, no podía hacer más que ver como cada uno de sus cuerpos caían sin vida al suelo. Quería salvarlos, ansiaba hacerlo, estaba desesperada por lograrlo, pero su cuerpo estaba petrificado, mientras que el amenazante de Draugr, con una sonrisa malévola, se movía sigilosamente hacia donde estaban todos ellos.

—¡No, no lo hagas! ¡no te atrevas! —gritó al ver lo que ese ser maligno pretendía.

Pero sus ruegos no fueron escuchados, y en lugar de eso fue testigo de cómo su enemigo tomaba cada uno de los corazones de sus amigos para después devorarlos vorazmente frente a ella, para finalmente acudir sonrientemente al último de todos ellos, el corazón de la persona que más amaba.

—¡NO, HICCUP!¡LEVÁNTATE!

Sin embargo, él no la escuchaba, estaba muerto.

Y con su muerte había dejado expuesto a su enemigo lo que él había dado a ella en sus votos, lo que por derecho sólo le pertenecía a ella; y que Draugr profanó en el momento en que lo tomó entre sus garras para devorarlo como al de todos los demás, mientras que ella entre gritos y lágrimas, se sintió enloquecer, pero sobre todo sintió que también se moría.

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En medio de la penumbra, Astrid abrió los ojos abruptamente al momento que sintió como si a ella misma le hubieran arrancado el corazón; este latía rápida y fuertemente que sentía que en cualquier momento se le saldría. Angustiada y aun ida de la realidad, miró hacia todos los lados que podía, hasta que recuperó la cordura y se dio cuenta de que estaba en la habitación que Hiccup y ella habían escogido para su estadía en la isla embrujada.

Se permitió entonces sentir alivio; sin embargo, también sintió que no se podía mover mucho y eso era porque Hiccup la tenía fuertemente abrazada por la espalda. Su querido brann, su fogata andante, sonrió al percibirlo tranquilo y durmiendo, pese a que ella había despertado con toda la respiración agitada.