¿Quererlo? No lo sé.

¿Te apetece hacer novillos?

Zoe.

Volví al instituto dos semanas después. Las cosas con Lucas volvieron a la normalidad pero algo en mí me decía que todo había cambiado. Sabía que sentía más por Lucas de lo que debería y eso me aterraba. Quería decirle que necesitaba algo más que le necesitaba a él pero la valentía que había tenido el día que él me salvó había desaparecido.

Me levanté a las siete y me duché. Era mi primer día de instituto después del incidente. No quería volver a vestir el dichoso uniforme pero era obligatorio así que en cuanto mi piel estuvo lo bastante seca me lo puse.

El cansancio hacía mella en mi cuerpo, había soñado tantas veces con esa escena esas últimas dos semanas que ya temía dormirme. Me despertaba con la esperanza de que Lucas estuviera allí para consolarme pero no estaba. Las clases para él habían comenzado y yo no iba por recomendación de mi psicólogo. Había estado encerrada dos semanas por culpa por aquel hombre que solo me hacía preguntas sobre lo ocurrido y me enseñaba imágenes de tinta sin sentido, ese ejercicio nunca salía bien.

Cuando estuve lista bajé a la cocina. Mi tazón de leche y mis MimisForzzes estaban en la mesa, mi madre estaba sentada en la barra americana y junto a ella estaba Tyler.

- Buenos días - dije con una pequeña sonrisa. Los dos me sonrieron también.

- Buenos días - me contestaron.

Me senté a la mesa y comencé a comer.

- Quiero que tengáis cuidado - dijo mi madre mirándonos a los dos.

- Tranquila, mamá. Ya no hay peligro - dijo mi hermano que besó la cabeza de mi madre antes de que esta se fuera.

Tyler se levantó y se sentó conmigo en la mesa.

- Me ha llamado Lucas - me atraganté cuando oí su nombre -, dice que no se a corrido mucho la voz por el instituto así que no creo que nos atosiguen.

- Oh, bien - dije mientras me recuperaba -. Prefiero que todo sea como antes.

- Yo también - me sonrió tristemente y me dio un beso en la mano.

Salimos de casa cuando terminamos de recoger y nos dirigimos a la parada de autobús. Por el camino nos miraba más gente de la normal pero no tanta como para sentirse acosado, cosa de la que me alegré. Llegamos a la parada y lo primero que recibí fueron dos grandes abrazos de Sue y Mony. Mia, James e Isabella (que para mi desgracia estaba allí) nos miraron de forma extraña. Marco me saludó después al igual que Catherine y Blas. Había estado hablando con él durante las últimas dos semanas y no paraba de repetirme que sentía no haber estado más conmigo y me prometió que las cosas serían como antes.

Tyler se fue a saludar a los otros mientras yo me quedé con Sue, Marco y Mony. Mientras hablábamos levanté la mirada y ahí estaba él. Mia lo agarraba por el brazo pero su mirada estaba clavada en mí. Mordí mi labio nerviosa y Lucas sonrió ampliamente, no entendí por qué sonrió pero me dejó deslumbrada de todos modos.

- Ahí llega - dijo Catherine y se colocó al borde de la acera.

Todos cogimos nuestras mochilas y con ellas colgadas al hombro entramos en el autobús. Me senté donde me había sentado la primera vez y esperé a que Sue se sentara conmigo. Sentí como alguien se sentaba a mi lado y cuando me giré no vi a Sue sino a Lucas con los ojos cerrados,  parecía cansado.

- ¿Qué te pasa? - le pregunté cuando el autobús comenzó a circular.

Abrió los ojos y giró la cabeza. Se le veía muy cansado.

- Nada, ¿tú estás bien?

- Lucas, sé que te pasa algo - insistí y le miré a los ojos fijamente.