¿Quererlo? No lo sé.

Feliz día de San Valentín.

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Tiene una parte picante, es la primera vez que la escribo y espero que os guste..

Muchas gracias por seguirme, la historia ya ha llegado a los 20k le leídos y estoy super contenta, en serio,  muchísimas gracias. Votad y comentad por favor, un beso; )

Zoe.

El día de San Valentín había llegado y en pocas horas iría a la fiesta. Mis ganas de ir se habían evaporado en cuanto me levanté aquella mañana. Sue y yo nos habíamos propuesto tener pareja para ese día hace algunas semanas y solo una lo había conseguido. Suspiré por mi derrota y me levanté.

Miré la televisión miestras esperaba a que Paula y Sue (Mony estaba de parranda con Igor) llegaran a mi casa. Me hundí aún más en mi sofá cuando me di cuenta de que era la única sin pareja. Mi subconsciente no paraba de gritarme lo mal que lo había hecho ayer cuando Lucas entró en mi cuarto, podía haber salido bien pero mi hermano tenía aquella cualidad de ser inoportuno. 

La puerta principal me asustó y evitó que mi sofá me tragase. Me levanté y caminé hacia la entrada. Cuando la abrí dos chicas, mis amigas, me miraban con una gran sonrisa.

- Buenos días - dijo Paula entrando sin permiso a mi casa seguida por Sue.

- En serio, chicas. No tengo ganas de ir - dije cansada mientras cerraba la puerta.

- No seas un ermitaño, Zoe - me acusó Sue -. Tenemos un tratamiento de choque para ti.

- ¿Tratamiento de choque?

- Sí, una medicina llamada Nick - dijo Paula con la emoción que siempre le ponía a este tipo de cosas.

- No quiero citas a ciegas - me quejé como una niña.

- No es una cita a ciegas. Es el amigo del amigo de una amiga nuestra - dijo Sue como si fuera lo más normal del mundo.

- Catherine conoce a un chico que se llama Fer y este le presentó a Nick - explicó Paula al ver mi confusión.

Asentí desinteresada y caminé con ellas hasta mi cuarto. Ellas tiraron todas sus cosas por la cama y yo me dirigí al armario en busca de mi vestido.

- Tengo unas ganas de que Tyler me vea con mi vestido - dijo Sue con una amplia sonrisa.

Su vestido era de encaje negro, por encima de las rodilla, sin mangas y un cinturon dorado a juego con sus zapatos de tacón.

Paula se mordió el labio y me miró de reojo, sabía que ella no quería que hablasemos de chicos porque yo tenía un problema delicado con uno.

- Va a abrir tanto los ojos que se le van a caer de las cuencas - le dije con una sonrisa.

Ella se rió y se dio la vuelta para comenzar a desvertirse, yo seguí buscando mi vestido y Paula se acercó a mí.

- ¿Estás bien? - me susurró mientras fingía ayudarme.

- Claro - dije sonriéndola.

- He hablado con él, está muy confuso - dijo sin dejar de susurrar.

- Ya os dije, no puedo contar nada - le revatí con un nudo en la garganta.

Paula se encogió de hombros y fue a colocarse su falda y su camisa. Por fin encontré el mío, un vestido suelto de color azul celeste que se ceñía a mi cintura gracias al cinturón y me cubría hasta medio muslo. Me desvestí y me lo puse rápidamente. Cuando me giré Paula llevaba una camisa blanca sin mangas y una falda negra con vuelo.

- Bueno, empecemos - dijo Sue cogiendo sus herramientas para dominar nuestro pelo.

Después de mucho rato conseguimos vernos basante bien. Paula llevaba su pelo castaño totalmente liso, Sue se había un gran tupé y mi pelo rubio y liso se adornaba con dos tirabuzones que rodeaban mi cara.