Aguanta, por favor.

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Zoe.

Habían pasado dos semanas desde aquella noche. Lucas y yo no volvimos a hablar del tema de la llamada ni tampoco volvimos a intimar de aquel modo, nuestra relación se limitaba a lo justo, besos y abrazos.

Lucas se había comportado de una forma muy rara. Estaba distante, en otro mundo, tenía que llamarle la atención varias veces y en ocasiones me abrazaba sin motivo o me confesaba su amor por mí. No me molestaba los último pero era demasiado raro en él.

Aquella noche había una gran fiesta debido al comienzo de la primavera. Me había vestido de forma normal, ni vestidos, ni escotes, solo una camisa y unos pantalones cortos con medias.

- Ya empieza a hacer calorcirto - dijo Paula ilusionada.

- Sí. Pronto bikinis, shots, tirantes... y la operación bikini - dijo Sue que estaba sentada en mi cama.

- Paso de eso, - comenté - a quién no le guste que no mire.

- A Lucas le va a encantar - dijo Paula pícara.

- Y Bruno tendrá que ir al baño cada poco - contraataque.

- Vale, chicas - apaciguó Sue.

Unos golpes llamaron nuestra atención. Tyler miraba a Sue con una sonrisa y estuvo en unos minutos en estado de shock.

- Ehh, Bruno ya está abajo - dijo al salir del trance.

Miré el reloj con impaciencia, Lucas aún no había llegado y me encontraba nerviosa.

- Nos vamos a ir ya - avisó Tyler.

- Llamaré a Lucas - suspiré mientras cogía el móvil.

Tuve que llamarle dos veces para que contestara. Su voz sonaba molesta aunque intentaba no serlo conmigo.

- ¿Diga?

- ¿Lucas? - susurré.

- Mierda, se me pasó. Lo siento muchísimo, yo...

- No pasa nada.

- Claro que pasa, joder...

- Que no, que voy con Paula.

Hubo un silencio donde contuve la respiración.

- Nos vemos en la fiesta, lo siento muchísimo - volvió a disculparse aún más arrepentido.

- Nada - dije alentándolo.

- Quiero que sepas que te quiero.

- Yo también te quiero, Smith.

Nos reímos al ver que ninguno colgaba. Me encantaba la situación, quería seguir hablando con él.

- Cuelga - dije en voz baja.

- Zoe, no me hagas pasar por esta conversación - se quejó con una risa.

- Pues entonces cuelga.

La línea volvió a quedar en silencio y solté una carcajada. Él tampoco quería colgar.

- A la vez - dijo al fin.

- Bien.

Separé el móvil de la oreja y con un suspiro colgué. Seguía pensando en su tono de voz preocupado.

- ¿Qué pasa? - me preguntó Sue.

- Nada, nada - dije quitándole importancia.

Nos montamos en el coche y fuimos hasta una gran nave. En ella había una fila de mesas llenas de aperitivos y bebidas, la gente bailaba en una pista de baile improvisada y el DJ, que era Igor, pinchaba música mientras bailaba. La gente se aglomerada en cantidad para ser solo las once y media de la noche, parecía que llevaban como tres horas bailando.Todos sudando, bebidos y colocados, el típico ambiente de las fiestas de la villa.

¿Quererlo? No lo sé.Where stories live. Discover now