¿Quererlo? No lo sé.

El plan.

Sí, lo sé, he tardado demasiado y debo disculparme. El verano es lo que tiene, viene gente y parece que te olvidas de todo. Las quedadas, el dormir hasta tarde,  las fiestas... Siento no haber podido subir antes y lo siento. Pero ante todo daros las gracias. GRACIAS. A todos los qur me leen después de mis tardanzas.

Muchos besos y abrazos.

Abrí los ojos cuando noté la ausencia de sua brazos a mi alrededor. Lucas estaba sentado en la cama y se estiraba de forma exagerada. Disfruté del espectáculo miestras los músculos de su espalda se marcaban y se escondían en cada movimiento. La noche había sido una de las mejores, habíamos hablado de un montón de cosas, incluso de John. Recordé como los ojos de Lucas habían cambiado. Solamente le había preguntado cómo era pero, al parecer, el mínimo recuerdo era un martirio para él. Además se había negado a contarme como había ocurrido, sabía que fue más por su bien que por el mío.

- Buenos días - saludé sin moverme.

- Hey.

Se volvió a tumbar y me besó. Después se colocó a mi lado y me abrazó. Un Lucas cariñoso para empezar pa mañana. Capturé un pequeño olor que me hizo suspirar de mala manera.

- ¿Qué tal has dormido? - le pregunté.

- Bastante bien - dijo intentando ocultar una torpe sonrisa.

- ¿Sabes que puedo olerlo?

- Me lo imaginaba. Me he cambiado de pijama y me he dado una pequeña ducha - suspiró.

Su expresión divertida no desaparecía. Estaba colocado.

- ¿Cómo conseguiste traerla? - pregunté mientras me sentaba en la cama.

- Secreto de sumario - dice divertido.

- Lucas - repliqué de mala manera.

- Ahora no, Zoe. Ahora te alcanzo el la ducha.

- Sabes que no me voy a duchar contigo y menos en las condiciones que estás.

- Se controlarme, Zoe. Y si no quieres que nos duchamos juntos es cosa tuya.

Suspiré y negué con la cabeza era imposible tratar con ese chico. Me levanté y caminé hasta el baño. Olía a su colonia. Cerré la puerta y respiré hondo. ¿Cómo podía haberme enamorado tan rápidamente de un drogadicto y boxeador en peleas ilegales? Volví a respirar el aire perfumado. Sonreí y me miré al espejo. Siempre olía de maravilla.

Salí de la ducha en vuelta en una toalla. Lucas alzó la vista y sonrió, parecía que ya estaba mejor. La zona verde de sus ojos era más visible.

- ¿Dónde quieres ir a cenar?

- Me da un poco igual - me senté a su lado.

- Podríamos ir a un McDonald - dijo sonriendo.

- No te pases.

Su mano cubrió mi rodilla y empezó a acariciarla. No podía concentrarme en el mapa en el que Lucas buscaba algún restaurante. Su manos se deslizó un poco más arriba y mi respiración se trancó.

- Lucas.

- ¿Sí? - me dice y me sonríe inocentemente.

- Sabes perfectamente por qué te he llamado.

- No tengo ni idea.

Sus dedos se colaron rápidamente por mi toalla y estos llegaron a mi ropa interior.

- Vamos a divertirnos un rato.

Suavemente me tumbó en la cama y yo comencé a reírme. Me agarró contra la cama, las manos por encima de mi cabeza y se sentó a horcajadas encima de mi pierna derecha.