Depresión.

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No entendía por qué estaba allí. No entendía por qué Damien me enseñaba aquel lugar con tanta nostalgia y a la vez con entusiasmo, como si hiciera meses que él quisiera enseñarme aquel sitio. Miré a mi alrededor y lo único que se me ocurría que comenzase en ese sitio eran miles de enfermedades.

-¿Por qué me has traído aquí? ¿Qué comenzó aquí? -dije irritada a causa del olor nauseabundo.

-¿No lo entiendes? Zoe, aquí es donde comenzó toda nuestra historia -susurró.

-Nuestra historia -reflexioné en alto intentando encontrarle algún sentido.

-Siempre preguntando y cuando te lo muestro... -Hizo una pausa y suspiró-. Aquí es donde encontraron a mi padre.

Sentí como un escalofrío recorría mi espalda como si el mismísimo espíritu de John hubiese entrado en escena al escuchar a su hijo. Con vacilación me acerqué a Damien observando la esquina a la que se había dirigido poco antes. Donde antes estuvo el cuerpo de un hombre de familia sin vida había unas cajas apiladas de fruta en mal estado.

-Nadie supo con certeza quién lo mató. Lucas siempre afirma que fue el padre de William, un macarra que solía meterse con él de pequeño -me contó sin mucho ánimo-. Por las noches pienso que si Lucas se hubiera enfrentado a ellos, si él se hubiese defendido todo esto no hubiera ocurrido.

-¿Por eso te metías tanto con él? -pregunté con vacilación y sin apartar la vista de la esquina llena de moho.

-Básicamente -susurró con una pequeña sonrisa.

-¿Y tu madre? ¿Por qué atormentarla a ella?

-Ella sabía perfectamente de quien se trataba, de qué era capaz de hacer ese hombre y en vez de decírselo a mi padre solo le dijo que no debería ir y le dejó marchar cuando él le respondió que no podía.

No respondí y el silencio invadió el callejón. Me había acostumbrado al olor por lo que ya no se me hacía tan difícil estar allí.

-¿Y te preguntarás por qué he decidido contarte todo esto? -susurró.

-Pues sí.

-Bueno, creo que si vas a entrar en la familia deberías conocerlo, ¿no crees?

Una sonrisa se desplegó en mi rostro. Damien me aceptaba, él ya no nos atormentaría más y Lucas y yo podríamos seguir juntos.

-¿Puedo saber cómo ocurrió? Es decir, como lo...

-Claro, ¿quieres que te lo cuente?

Asentí con la cabeza y Damien me sonrió con la misma acidez que antes. Creía que no lo hacía aposta, que esa expresión se quedaría en su rostro cada vez que alguien o él mismo hablase de sus padres.

-Será mejor que te lo cuente en otro lugar. No quiero coger sida -dijo con diversión.

Me reí un poco y volvimos al coche. Mientras Damien conducía mi mente no paraba de volver a ese callejón donde había comenzado todo. Las borracheras, los colocones, las palizas, los insultos... Pensé que seguramente cuando John salió de su casa no sabía que iniciaría la tortura de su familia.

-¿Y este cambio, Damien? -susurré de repente.

-No quiero causar más problemas y quedarme sólo -me confesó sin pestañear.

-¿Quedarte solo? ¿Es solo eso?

-No, además le debo a mi madre demasiado por no haberme echado a la calle cuando todo comenzó. Sé que es tarde pero quiero intentar pagar la deuda.

Y allí terminó la conversación. Sabía que jo me había mentido, sabía que el amaba a su madre. Quería  que preguntarle que había ocurrido el día que accidente doméstico de su madre pero temía que al preguntarle demasiado volvería a cerrarse como una almeja por lo que lo dejé correr.

¿Quererlo? No lo sé.Where stories live. Discover now