Capítulo 18 LA DECISIÓN DE ELIOT

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La mañana siguiente Zabivaka despertó muy consternado, incorporándose rápidamente en la cama. Pues era tanta la sorpresa del día anterior que se había olvidado por completo que Hunter había hecho cientos de cosas por él. Por cierto no fueron cientos, aunque a consideración del pequeño lobo lo poco que Hunter había hecho por él significaba muchísimo.

Al recuperar la conciencia volvió a incorporarse nuevamente pasando la mirada desde la pequeña sala hasta la ventana que daba a una fantástica vista. Se levantó de la cama sintiendo la alfombra bajo sus patas, por mucha suerte estaba seguro que sus patitas no volverían a tocar un suelo frío, al levantarse recorrió la habitación de extremo a extremo hasta encontrarse frente a la ventana. El campo de futbol lucía tan especial con la excepcional decoración del distinguido jardín de Hunter.

-Escuché patitas moviéndose por aquí- Hunter entró hablando en tono gracioso- Buenos días, hermanito vaya que te levantas temprano, te he traído el desayuno, ¿has probado alguna vez los hot cakes?

Zabivaka volteó inmediatamente al escuchar a Hunter entrar a su habitación, sin embargo un olor tan delicioso nunca había entrado por la naricita de Zabivaka, inmediatamente se percató del desayuno que Hunter ponía sobre la mesita de centro.

-En ciertas ocasiones sí, pero nunca antes unos que olieran tan deliciosos como éstos- se acercó jadeando con su lengua- ¿puedo tomar uno?

Hunter asintió y ambos se sentaron en el sillón de la habitación.

-No necesitas pedirme permiso, Zabivaka, recuerda que ahora somos familia pues lo que es mío es tuyo.

-Gracias, Hunter- tendió una patita para tomar un hot cake- Hunter, hoy tengo entrenamiento a las cinco y media, ¿por casualidad sabes, donde está la liga menor de Berlín?- Hunter asintió nuevamente- Verás, hablaré con el entrenador para ver si puedo seguir- dio la primer mordida e hizo un gesto de gusto.

Hunter lo observó comer al tiempo que le hizo algo de plática. Al terminar, Zabivaka comenzó a chuparse los dedos de las patitas, pues le había quedado un poco de miel.

-¿Por qué los chupas? Tienes el tarro entero frente a ti- dijo Hunter tendiéndoselo.

Zabivaka sonrió tímidamente bajando las orejas.

-Solo es para limpiármelos, pero ya no quiero muchas gracias, Hunter.

-No es nada, yo lavo los platos, oye por cierto deberías llamar a Rudy ¿no? Espero que no lo olvides con todo esto que ha pasado- se retiró cerrando la puerta.

Zabivaka recordó desde varios días a su amigo Rudy, todo aquel acontecimiento de la deportación y el reencuentro con Hunter le hicieron olvidar que le había prometido verse a determinada hora cada tarde. Salió del cuarto corriendo, llegó al extremo de la escalera bajándola apresuradamente con el papel que guardaba en un bolsillo de su pantalón, Hunter se encontraba en la cocina. Entró a la sala en busca del teléfono que encontró en el mismo lugar donde Hunter lo había utilizado.

-No me interesa que conteste ese tío odiable, lo haré de todos modos-aseguro marcando el número.

Esperó un momento a que la línea conectara con el timbre del número marcado hasta que alguien levantó la bocina:

-¿Halo?- era la voz de Rudy, Zabivaka sintió un alivio.

-Rudy, estoy bien en Berlín, soy Zabivaka. No vas a creer lo que ha pasado pero tengo mucho que contarte ¿Podrías ir al campo de futbol?

-¡Zabivaka! Mi tío dijo que habías regresado a San Petersburgo, pero me alegra que estés en Alemania. Quiero saber ¿por qué no te he podido ver en estos días? ¿Has tenido algún percance o inconveniente?

ZabivakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora