Capítulo 19 LA PRIMERA TEMPORADA

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Nuevamente el sol volvía a iluminar la capital alemana, Zabivaka dormía profundamente con la suerte de seguir envuelto en las mantas. Hunter escribía una carta con destino a Francia, pues dos aeronaves en la capital francesa solicitaron la inspección del reconocido ingeniero.

El sol no alcanzó ésta vez su máximo esplendor, pues las nubes grises se divisaban a lo lejos amenazando con desatar una nueva tormenta. Cerca de las once de la mañana Zabivaka despertó percatándose que era esencial vestirse antes que Hunter abriese la puerta de la habitación. Sus patitas tocaron la alfombra de nuevo, tomó su ropa y comenzó a vestirse con rapidez. Salió al amplio corredor dirigiéndose a las escaleras, al llegar al salón tomó el teléfono para llamar a Rudy como la había prometido la noche anterior.

-¿Halo?- respondió probablemente el mayordomo de la mansión.

-Hola, ¿puede usted comunicarme con Rudy?-pidió Zabivaka.

-Me temo que no se encuentra, puede llamar más tarde si así lo desea, buen día- la línea se cortó.

Zabivaka dedujo que Rudy se encontraba en la escuela, pues Ryan una vez había comentado que tenían clase de biología cerca de aquella hora en que Zabivaka marcaba a la casa del tío de Rudy.

-¡Hey, cachorro! Buenos días, creo que el pastel de chocolate te gustará- Hunter entraba en el salón con una bandeja- Vamos a entrenar un poco después de desayunar ¿te parece?

-Creo que es una excelente idea- Zabivaka tomó un pedazo de pastel y leche.

Hunter y su nuevo hermano desayunaron sonriendo, al parecer todo pintaba salir bien aquel día. En la cocina lavaron los platos apresuradamente para dirigirse a la cancha de futbol.

-¿Hunter? Quisiera saber una cosa, no es que no esté seguro de lo que hago pero solamente como referencia, ¿Cómo te sentías antes de tu primer partido?- caminaban junto a la piscina, el viento estaba muy frío.

Hunter se llevó una pata para rascarse un poco la cabeza, luego miró a Zabivaka por donde caminaban.

-Bueno, la noche anterior no pude dormir de tan emocionado que estaba. Y aunque no esperé tanto como lo harás tú, pues mi partido fue a las ocho de la mañana, sentía la adrenalina en su máxima expresión dentro de mí- Hunter rio un poco mientras entraban en el campo- para ser sincero no estuve nada nervioso, aunque el marcador fue un empate, se puede decir que ha sido una de las mejores experiencias en la vida.

Zabivaka respondió con una sonrisa, tal y cómo lo había hecho el día anterior puso el balón en el césped. Junto con Hunter se dejó llevar por el impulso y las habilidades de juego, Hunter lo tomó para llevarlo al extremo frontal del campo, Zabivaka lo recibió con un pase para correr en dirección a una portería. Hunter corrió hacia él para robárselo- cosa que consiguió fácilmente.

-Cuando te veas envuelto en una situación de éstas- se detuvo por completo- intenta pasarlo por entre las patas de tu adversario, siempre me funcionaba, es un viejo truco- siguieron pasándose el balón.

Al intentarlo nuevamente Zabivaka consiguió hacerse con él balón, luego de que Hunter quisiera tomarlo. Se dirigió hacia la portería, Hunter se puso en posición de receptor. Tomó el balón para preparar el tiró justo cuando la lluvia comenzó a caer. Aquello no los detuvo por completo, con un gol a favor de Hunter ambos corrieron por el campo deslizándose por el césped que se mojaba al compás de la lluvia.

Al regresar a la puerta del patio el agua caía con mucha fuerza, el viento hacía que la brisa húmeda corriera en todas direcciones, Zabivaka se sacudió a la entrada de la lavandería.

-Sube a bañarte y te llevaré la ropa- Hunter lo observó de arriba abajo- vaya que te ensuciaste esa camisa, hermanito.

Zabivaka como lo había hecho antes se desvistió dejando la ropa para que Hunter la recogiera, luego de bañarse se encontró con ella en la cama. Al bajar las escaleras el aroma a pizza llegó hasta su nariz, no podía jugar sin antes haber comido casi otra caja de pizza entera que Hunter había guardado de hacía dos días. Al subir a su cuarto encendió la televisión para observar algún canal que hablara sobre futbol. Para mala suerte de Zabivaka encontró solamente basquetbol y béisbol americano, optó por ver una película mexicana que lo hizo llorar de risa. Hunter recibía información relevante a su trabajo hasta que un reloj anunció las tres de la tarde.

ZabivakaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant