Capítulo 31 UN LUGAR PARA RECORDAR

137 5 4
                                    

El capitán del avión tuvo necesidad de hacer una escala de emergencia en la ciudad de San Petersburgo, Zabivaka se encontraba dormido cuando la alerta del cinturón lo despertó, al abrocharse el cinturón observó que se encontraban en el cielo de la ciudad que lo había visto nacer, consultó la bitácora del viaje en la pantalla del asiento y se percató que llevaban volando dos horas con diez minutos, el avión tocó tierra y el impulso de las llantas se sintió en todo el avión. Zabivaka recordaba al cien por ciento el idioma ruso y se tranquilizó al bajar del avión.

Al pasar por migración contaba con una hora y media de escala que aprovecharía para comer y acudir a un lugar especial, inmediatamente se topó con los ciudadanos rusos y como era de esperarse en la mayoría eran lobos y Husky siberiano de distintos tonos de pelaje, Zabivaka abrió la aplicación de mapas en su teléfono y ubicó el punto de la tienda de deportes que había visitado de cachorro que para suerte aún existía, salió del aeropuerto y caminó por las calles que a diferencia de Berlín se encontraban considerablemente frías.

-¡ZABIVAKA! ¡Es Zabivaka!

El lobo se estremeció y al voltear hacia atrás vió que una multitud corría hacia él, volvió a voltear hacia adelante y se percató que de aquel lado se acercaban más lobos y Husky siberianos.

-Bienvenido a Rusia, Zabivaka

-No puedo creerlo, es él

Zabivaka sonrió y se sintió verdaderamente en su casa, Rusia lo recibía con las puertas tal y como lo había hecho Berlín hace once años, en menos de cinco minutos una gran multitud se formó en la calle y la policía se acercaba para ver qué era lo que pasaba, Zabivaka estaba rodeado de todos sus fans quienes gritaban para llamar la atención.

-¡¿Te quedarás, Zabivaka?!- gritaban decenas de ellos.

-¿Vienes de Alemania?- preguntó un lobo que estaba al lado de Zabivaka.

Zabivaka lo escuchó al instante y volteó a verlo.

-Si vengo de allá, estoy en una escala para más tarde volar a Moscú- explicó- pero bueno, me da gusto verlos a todos aquí, ¡Son demasiados!

-Pusiste en alto el nombre de Rusia con tus distinguidas acciones en el extranjero, te has vuelto una eminencia del deporte en nuestro país, pero debemos recibirte de la manera correcta- el lobo vaciló un poco- ¿Podrás pedirles que guarden silencio? Tengo un plan.

Zabivaka alzó ambas patas como de costumbre y todos los aficionados guardaron silencio al instante como por arte de magia, entonces el lobo subió a una banca junto con Zabivaka y dijo:

-Zabivaka se quedará en Rusia- Todos aplaudieron y gritaron emocionados- pero debemos recibirlo como se merece, y que mejor que cantando el himno nacional ¿lo recuerdas Zabivaka?

-Jamás podría olvidar tan majestuoso himno.

Todos se volvieron hacia tres músicos que se acercaban corriendo a Zabivaka.

-Zabivaka- gritó uno de ellos alzando una bocina- yo me haré cargo de la música.

Conectaron un celular a la misma y anunciaron que estaban listos para interpretar el canto, Zabivaka se llevó la pata al corazón y todos los demás lo hicieron, una bandera rusa fue levantada por dos Husky siberianos.

-A la cuenta de tres- gritó Zabivaka- Uno... Dos y TRES

De la bocina salió la primera nota del majestuoso himno ruso, el canto se escuchó por toda la calle:

Rusia, nuestra patria sagrada,

Rusia, nuestro amado país.

Zabivaka sentía como su corazón latía rápidamente y un orgullo le recorría todas las fibras de su cuerpo al interpretar aquel canto.

ZabivakaWhere stories live. Discover now