Capítulo 10

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Capítulo 10


Salí de la habitación con el vestido ya puesto. No me había arreglado mucho ya que me interesaba muy poco lo que los compañeros de Collin pensaran de mí. Había dejado las muletas en la habitación, sintiendo mi pierna mucho mejor. Aún así, no podía evitar cojear al andar.

La puerta frente a la mía se abrió y William pegó un brinco en su sitio. Sus ojos me recorrieron de pies a cabeza con lentitud y me miró fijamente a los ojos sin decir nada.

—Uhm, ¿me ayudas a bajar las escaleras? —pregunté incómodamente. Algo en su cuerpo pareció despertar ya que sacudió la cabeza y asintió frenéticamente acercándose a mí.

—Sí, claro —contestó, su voz sonando más ronca de lo normal. Una vez en las escaleras, me apoyé en la barandilla y William posicionó una mano en mi cintura y la otra me agarró la mano con suavidad.

Mis mejillas se calentaron al instante y mis ojos no dejaron nuestras manos unidas. Sentí mi respiración cortarse cuando se inclinó hacia abajo para hablar en mi oreja.

—Baja con cuidado.

Le hice caso y bajé las escaleras con cuidado. Cuando llegamos abajo, dejé salir el aire que había estado conteniendo en mis pulmones. William se alejó un poco y soltó mi mano, sin embargo no quitó su mano de mi cintura y la movió hasta posicionarla en mi espalda baja.

—¿Están todos listos? —preguntó Aurora saliendo de la cocina. Visualicé a Collin saliendo detrás, por lo que me alejé del toque de William rápidamente y me acerqué a Aurora.

—¿Necesitas ayuda con eso? —pregunté, en referencia al gran cesto de ropa sucia que llevaba entre sus brazos.

—Oh, no te preocupes Maya —contestó Collin en su lugar. Agarró mi brazo con un poco más de fuerza de la necesaria y me atrajo a su cuerpo.— Nosotros tenemos que salir ya.

Me obligó a enlazar mi brazo con el suyo y salimos de la casa. Tuve el instinto de girar un poco la cabeza para mirar a William, pero antes de hacerlo vi a Allec apoyado contra el coche. Igual que William, llevaba una camisa blanca y unos pantalones de vestir negros. Allec se veía muy bien, sin embargo William le superaba en lo que a atractivo se refería.

Llevaba un cigarro entre sus dientes cuando levantó la cabeza y sus ojos encontraron los míos. Me recorrió con la mirada disimuladamente y giró la cabeza haciéndose el desinteresado. Miré el suelo, sintiendo la timidez correr por mi cuerpo.

—Yo conduciré. William, ve de copiloto —ordenó Collin, entrando en el coche y cerrando la puerta sin mirarme si quiera. Rodé los ojos y me dispuse a abrir la puerta trasera cuando Allec se me adelantó, abriéndola para mí.

—Gracias —murmuré algo sorprendida por su gesto caballeroso. Vi como William, que iba a entrar al coche, se quedaba mirando a su hermano con una expresión que no pude descifrar. Me metí en el coche y Allec cerró la puerta antes de rodear el coche y sentarse junto a mí en la puerta trasera.

El resto del viaje fue bastante incómodo. Parecía que nadie tenía intención de abrir la boca, así que yo ni pensaba intentar entablar una conversación. Habíamos dejado el pueblo de Lacock y llevábamos una media hora conduciendo. Según Collin, ya estábamos a punto de llegar a la ciudad de Bath, cosa que esperaba.

A medio camino había pasado un momento bastante incómodo con Allec. Al tratar de aflojarme el cinturón un poco, mi mano había rozado accidentalmente la suya que descansaba junto a su regazo. Nos habíamos separado lo más rápido posible, sin embargo no se me había pasado desapercibida la mirada de William mirando el accidente por el retrovisor.

VendidaWhere stories live. Discover now