Capítulo 30

3.4K 262 12
                                    




Capítulo 30


Pensaba que volver a entrar en la casa sería un poco más difícil que salir, considerando que la excusa de que las cosas de William estaban en la caja no tenía sentido. Sin embargo, los guardias parecieron no interesarse mucho, ya que escuchaba risas desde dentro de la caja cuando pasamos por delante de ellos.

Después de volver a mi habitación, Allec se marchó. Desde que habíamos salido del burdel no había dicho ninguna palabra, pero supuse que estaba demasiado sorprendido como para hacerlo. Después de todo, habíamos dado un gran paso en la búsqueda. Aún no sabíamos exactamente dónde estaba Andrew, pero sabíamos dónde había vivido, lo que podría significar que ese era el lugar donde había estado Faith.

Nunca había visto a la pareja con una niña antes, pero suponiendo lo pequeña que debía ser Faith, tampoco tenía sentido el haberla visto correteando por las calles. En todo caso, podrían haberla tenido escondida en la casa.

Collin volvió apenas veinte minutos después de llegar nosotros, lo que hizo que soltase un suspiro de alivio. Si hubiera habido más tráfico habríamos tenido un problema muy gordo.

En ese momento me encontraba tirada sobre la cama, mis manos cruzadas sobre mi estómago con mi mirada clavada en el techo blanco de mi habitación. No sabía cuanto tiempo llevaba en esa posición, pero todo era demasiado para mí. Desconfiaba de la gente más inesperada, y hasta ahora, los cuatro meses que llevaba en la casa habían sido secretos y más secretos. Sentía que mi cabeza iba a explotar de descubrir tantas cosas.

Me giré para quedar de lado y cerré los ojos. Todavía era pronto, pero prefería dormir antes de pensar tanto. Mi mente vagó inconscientemente a William y lo poco que habíamos podido disfrutar de nuestro tiempo juntos. Había vuelto a donde se estaba quedando y en ese momento le extrañaba como loca. Sentía la necesidad de tenerlo a mi lado.

Había sentido eso antes, con Calum. Sin embargo, no me veía capaz de besar a Calum cuando volviera. O quizás sólo me sentía así porque no estaba conmigo. ¿Y si en realidad no estaba enamorada de William? ¿Y si era sólo la necesidad de aferrarme a alguien? ¿Y si le veía como un reemplazo?

Negué con la cabeza. No, no podía ser. Yo me conocía. William había sido un gilipollas conmigo al principio, ¿por qué me habría fijado en él siquiera si no era algo inevitable? Conocía la forma en la que el vello de mi nuca se erizaba cuando él se encontraba cerca, como si fuera una alarma de mi cuerpo. Por muy cursi que sonara, sentía que lo de William y yo tenía que pasar.

Sin embargo, tristemente, también tenía que acabar. Estaba claro que él y yo no terminaríamos juntos, y por mucho que eso doliera, sabía que era inevitable. William también lo estaba aceptando lentamente, lo notaba. Siempre cambiaba de tema cuando decía algo referente a ello, pero su mirada de resignación me demostraba que él lo entendía.

La puerta se abrió antes de poder registrar el sonido de alguien en el pasillo. Giré nuevamente para encarar a la puerta y todo mi cuerpo se tensó cuando vi a Collin entrando en mi habitación.

Rápidamente me senté y crucé mis piernas inconscientemente. Su pelo estaba algo revuelto, cosa que no era normal en él y su frente estaba cubierta de sudor. Algo no iba bien.

—Maya —dijo con voz ronca. Se acercó a la cama y se sentó a los pies de ésta. Me encogí en mi sitio cuando alargó la mano y acarició mi tobillo desnudo.— ¿Sabes? He estado pensando.

Cerré mis manos en puños y clavé mis uñas en mi propia piel cuando gateó sobre la cama hasta donde yo me encontraba, volviendo a acariciar mi pierna. Me quedé paralizada en mi sitio, el miedo consumiéndome por completo.

VendidaWhere stories live. Discover now