Prólogo

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Elena
Soy una chica como cualquier otra, solo que un poco diferente. Soy amante de la lectura y todo el tiempo estoy escuchando música, es que es mi vida. Soy de buena estatura, pelo color naranja largo, ojos de un color miel y piel blanca.

Estoy en mi cuarto con mis audífonos sumida en mis pensamientos mientras escucho algo de música.

— Elena sal a comer — mi madre abre la puerta y asoma la cabeza. Su tono de piel es moreno y tenemos el mismo color de ojos, tiene un pelo color negro y es un poco más baja que yo. —ya voy mamá — le digo mientras me retiro uno de los audífonos del oído.

Se escucha Todo cambio de Camila y vuelvo a colocarme el auricular. Al escuchar, me pongo a pensar lo lindo que sería encontrar una persona que te quiera tal cual eres, con imperfecciones y que no intente cambiarte. Eso seria simplemente increíble, pensé.

Escucho entre la música y mis pensamientos que tocan la puerta. ¡Dios Santo! Me olvidé de salir a comer —pase— digo y mi hermana menor entra al cuarto. Es de piel blanca y tiene cabello castaño como mi padre, uno ojos color miel hermosos; de estatura baja como mi madre. —oye tonta, sal ya, tenemos hambre— dice ella. comemos siempre en familia, hasta que no estemos todos en la mesa nadie empieza a comer —ya voy Karla— y salgo de un tirón rumbo al comedor. Al llegar está mi padre a la cabecera de la mesa, mi madre a su derecha, Karla toma asiento a su izquierda; al lado de mamá esta el pequeño Andres en su trono para comer, es de piel blanca como papá, tiene el pelo negro de mamá y el mismo color de ojos, es un bebé precioso. Yo me posiciono al lado del bebé y comenzamos a comer todos unidos como familia.

Adelantada al tiempo Where stories live. Discover now