Capítulo 8

47 15 7
                                    

Elena

Voy en el taxi y al ver mi teléfono celular puedo notar la cantidad de llamadas y mensajes pendientes en éste y los leo todos. Dios santo, jamás había hecho algo como esto.

5:30 pm
¿Cariño porque aún no llegas a casa?
                                           Mamá.
5:30
Mi cielo ¿dónde andas? Nos tienes preocupados.
                                           Papá.

6:24
Preciosa tu mamá llamó a ver si estabas conmigo ¿qué pasó? ¿Dónde estas?
                                         Mariana

6:32
Mi niña por favor contesta, estamos preocupados.
                                          Mamá

7:05
Oye estúpida ¿en qué bar de mala muerte estas metida?. Todos te andan buscando
                                          Karla.

8:37
Elena dinos donde estás, nos tienes preocupados. A la salida de la escuela no te vi ¿dónde te encuentras bonita?
                                          Diego

Y así fui leyendo muchos más ¡Vaya que están preocupados! Pero con toda razón, ésta es la primera vez que hago algo como esto. Se que me van a castigar y bien merecido que lo tengo. Al acercarnos a casa puedo ver a todos fuera de ésta con notable preocupación en sus rostros. Le pago al taxista y salgo del vehículo. No voy a negar que estoy asustada. Camino sigilosa y Diego ¡sí Diego! Quien se encuentra con un sueter color negro, unos jeans azules y converse a juego, camina hacia mi abriendo sus brazos y preguntando en un tono de voz bastante alto que donde me encontraba a lo que todos, como máquinas sincronizadas, voltean a donde me encuentro y se acercan a paso apresurado.

— esssssssssstaba en...— el alcohol ya me esta afectando el habla a lo que me salen puras estupideces. Mi madre es la primera en abrazarme sollozando mientras dice que temió lo peor, que porque me fui sin avisar. Se me parte el alma al saber que le cause dolor. —Mamita amada, ya me voy a dormir— digo como puedo mientras me separo de ella. Mariana es quien ahora se me acerca y se me queda mirando con lástima. —¿Preciosa qué pasó? ¿Estabas tomando?— Diego se acerca a lo que me limito a mirarlo por algunos segundos —No es nada, traquila— digo con total frialdad mirando esta vez a mi amiga. Doy media vuelta para adentrarme en casa pero siento que alguien toma mi brazo y vuelvo a la misma posición en la que me encontraba —oye preciosa ¿qué te pasa? Has estado distraída y es un milagro el día que hablamos, anda dime ¿qué pasó? — Ella tiene razón pero no sé como decirle que me duele verla con ése chico, que a veces tengo envidia, que estoy celosa por todo esto, pero la verdad no se. No puedo arruinar la felicidad de mi mejor amiga, a pesar de que no se lo que ha pasado entre ellos, aquel día en la escuela me di cuenta que juntos podían tocar el cielo caer de golpe y aún así levantarse, pero juntos. —No pasa nada Mariana, estoy cansada, hablamos luego— doy la vuelta sin mirar atrás y me adentro en la casa.

Al entrar están mamá y papá en la sala de estar notablemente molestos. No me percaté de cuando entraron, pero aquí están. Yo solo los miro con terror, pues he faltado a sus reglas y los he preocupado bastante. —¿Es tan amable usted señorita como para explicarnos el por qué llegó a éstas horas de la noche y oliendo a alcohol?— dice mamá tratando de no gritar, su enojo se puede notar a cientos de kilometros al igual que a papá. —eso no es nada mamá, estoy bien—digo, pues las palabras salen de mi boca como el río llega al mar —¿Disculpa?— dice casi al borde de explotar. —¡¿Dónde carajos estabas metida?! ¡¿Sabes todo el tiempo que llevamos buscandote o todo lo que hicimos para encontrarte?!— exclama papá. —¿Por qué nisiquiera avisaste que llegarías tarde pequeña? pensamos lo peor mi vida— dice esta vez con más dulzura. —cariño no vuelvas a hacernos algo así —  habla mamá con alivio y dolor.

—Lo siento mucho — digo cabizbaja al borde del llanto — Yo no deb...— parto en llanto, allí, frente a mis padres y alcoholizada. Lloro por lo idiota que soy al enamorarme de un chico que jamás se fijará en mi, por lo injusta que he sido con mi amiga, por defraudar a mi padres y por todo aquello por lo que no lo hice en su debido tiempo. —Yo en Se se serio lo lo lo siento— digo aún entre llantos mientras mis padres me rodean con sus brazos hasta calmarme. Y es que a pesar de todo siempre seran esos seres que velarán por mi, por mi bienestar y los que me apoyaran incondicionalmente, los que me defenderan con uñas y dientes. Ellos, sí, ese par, son todo y más de lo que podría pedir. Me separo lentamente y puedo notar como ellos también han llorado, sus ojos hinchados y rojos son la prueba de aquello. —me voy a mi cuarto — es lo único que digo después de un silencio algo incómodo.

—Espera jovencita— me detengo al escuchar a papá —dos meses en los que a las 4:30 pm te quiero en casa y no podrás salir sin nuestra supervisión o a menos que estemos enterados de dónde estarás y con quién y si no es así el castigo irá aumentando— Dos meses, Dios ¿cómo pudo? Eso es bastante tiempo.

—Papi ¿por qué tanto tiempo?

—¿Es qué a caso quiere más tiempo señorita?— ésta vez es mi mamá quién habla.

—Te amamos cariño — dicen ambos al unísono.

¡¡Odio esto!! ¡¡Odio estar castigada!! ¡Ash! Entro en mi cuarto y me lanzo en la cama. Había olvidado aquel libro allí ésta mañana. Aquel libro que me habia atrapado desde sus primeras líneas en donde te pierdes en un mundo ficticio pero tan real que es dificil creer que haya una fusión entre lo real y lo ficticio. Tomo el libro entre mis manos mientra me acomodo para fundirme un esa placentera lectura que me embarga la mente. Sólo lo hago unos minutos, o eso creo, puesto que es tarde y mañana hay escuela. Al mirar el reloj caigo en cuenta que ya son las 4 am ¡oh Dios santo! Doy un brinco fuera de la cama y espabilo al baño a ducharme para dormir. Pero es cuando no mido la distancia y me golpeo con el umbral de la puerta tan fuerte que caigo de espalda al sueldo mientras trato de reponerme y continuar mi trayecto. Al llegar a mi destino me posiciono frente al espejo y puedo ver una pequeña avertura en mi frente junto a un camino de sangre bajar de la misma. Limpio la herida con alcohol, me desvisto y me adentro posicionándome debajo de la ducha y sentir el agua caer por todo mi cuerpo mientras siento como éste se relaja. Al terminar la ducha vuelvo a mi cuarto, me coloco el pijama y lanzandome en la cama nueva vez disponiedome a dormir. Éstos serán los dos meses más largos de mi vida.

Hoooolaaaaaaaa
Espero y hayan disfrutado este capítulo!!!

Pasen buenas 🙌💖 y no olviden votar y comentar! 😉😉

💖💖💖

Adelantada al tiempo Where stories live. Discover now