Capítulo 13

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Mariana

Al terminar la escuela fui hasta mi casa. El parque ya no es lugar seguro donde pensar, no si allí estará Elena, se que me buscará y allí será el primer lugar donde lo hará, eso lo sé.

Al llegar a casa en la sala de estar estaba mamá, me detuve unos momentos y le informe que no quería ver a Elena, rogando porque ésta no fuera a casa. Dicho ésto subí a mi cuarto con la esperanza de poder tener paz, distraerme o ahogarme en mis penas. Mi cuarto se encuentra en la primera puerta a la izquierda al llegar arriba, la misma pintada de un color rosa palido. Sí, me gusta el rosa, pero no en exceso.

Entro al cuarto y cierro con llave por dentro para no tener interrupciones. Apoyo mi cabeza en la puerta mientras mi mano derecha aún se encuentra en el picaporte. Siento como mis mejillas se humedecen, mis ojos arden y lo único que quiero es gritar, pero no puedo hacerlo, quiero que en casa me vean como la chica fuerte que siempre fui.

Entro en un estado de desesperación, tomo mi cabeza entre mis manos apoyando mi espalda en la puerta del cuarto y dejandome caer de a poco hasta quedar en posición fetal, allí, tirada como un saco de papas en mi cuarto es cuando me doy cuenta de lo miserable que soy, que la única persona que me quedaba ya no está, me ha traicionado. Me dirijo al baño de mi cuarto y me permito llorar, intentar sacar todo el dolor que alberga mi alma.

Ya más calmada me levanto y me acerco al espejo y miro como mi piel blanca está roja de tanta presión que ejercida en ella al intentar sentir el calor de unos brazos que me cuidaran, aunque estos fueran los míos, unas manos que me acariciaran el rostro y me limpiaran las lágrimas aunque esas manos me pertenecieran y una mirada que me asegurará que todo estaría bien aunque carezca de ésta.

Me desvisto y me coloco bajo la regadera, al sentir el agua correr por mi cuerpo desnudo siento como poco a poco la tranquilidad me embarga y mis músculos se relajan. No me permito pensar en lo sucedido, no ahora que siento paz. Escucho unos golpes a lo lejos, cierro el grifo para poder escuchar mejor. Tomo mi tolla y salgo de allí.

Los golpes son proporcionados en la puerta de mi cuarto con suma desesperación.—ya voy— me dirijo a la puerta con la cabeza baja mientras seco mi pelo para no mojarme, al abrir la puerta siento como unos brazos me rodean. Levanto la cabeza por la sorpresa de dicha acción y al hacerlo puedo ver que estos le pertenecen a Elena, por instinto me safo de su agarre y retrocedo. —¿Qué carajos haces aquí?

—Es que tu ma...

—Vete, sal de aquí.

—Pero Maria...

—Pero nada, sólo vete.

Vuelvo a cerrar la puerta con llave, me coloco el pijama y me aviento en la cama. Mi vista se centra en la puerta y la melancolía se apodera de mí.

¿Cómo fui tan estúpida para también perderte a ti?

Diego

Es de madrugada y aún no he podido conciliar el sueño. Es que primero Elena cambia su trato conmigo y evitar tener algún tipo de contacto y Mariana, esa chica que es un sueño hecho realidad, niquiera contesta mis llamadas. He entrado en un estado de angustia y desesperación. Se nota el descuido en mi barba y mi pelo alborotado. Después de inmensos intentos fallidos por dormir al fin lo logro.

***

La escuela apesta, ya nada es lo mismo, hasta he notado que Mariana y Elena se han comportado de manera muy extraña, es como si algo pasara entre ellas. Pero buscaré una solución a todo ésto.

Elena

Ésto me está matando, el día de ayer fui a casa de Mariana más que dispuesta a arreglar las cosas. Al llegar allí su madre me cede el paso dentro de la casa no sin antes advertirme de que ella no quería verme, como era de esperarse. Toque reiteradas veces la puerta de su cuarto hasta que ésta se abrió y sin pensar me abalance encima de ella y le envolví en un fuerte abrazo que se tornó incomodo y de ahí las cosas empeoraron.

Me miro a los ojos y me pidio que me marchara, intente objetar, pero fue en vano y salí de allí mientras ella volvía a cerrar una vez más. Estuve frente a su cuarto toda la noche pero no hubieron rastros de ella. Recoste mi espalda en la pared y caí en un profundo sueño hasta la mañana sigiente.

Al despertar saque mi teléfono celular y eran las 5 de la mañana así que me levante y partí de aquel lugar. Algún día ella tendrá que escucharme, todo volverá a la normalidad.

Hola😍

Aquí les dejó un pequeño regalo😍
Espero lo hayan disfrutado! ❤

Gracias por leer❤💖

Adelantada al tiempo Where stories live. Discover now