Capitulo 1

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Elena

Me levanto a la mañana siguiente y no dejo de pensar que debo ir a la escuela. Son a penas 5:30 am y ya estoy alistandome pues la escuela inicia a las 7:30 am y debo tomar el transporte público para llegar.

Me pongo en marcha y me dirijo a darme un baño, mientras siento el agua caer por mi cuerpo no dejó de pensar en todo aquello que ronda en mi cabeza, tantas cosas y tan pocas a la vez que ni se como contarlas. Mi ducha termina y salgo de la bañera para lavarme los dientes. Al salir del baño mi celular esta vibrando como loco, pues mariana,mi mejor amiga; una chica rubia, ojos azules, piel blanca y cuerpo de guitarra. Está llamando para avisar que hoy no ira a la escuela. —¡Oh genial! Hoy será un gran día— digo para mi con total sarcasmo, pues los días sin mi mejor amiga son de total aburrimiento.

Dejo el celular en la cama y me alisto con el uniforme que consta de una falda color rojo por encima de las rodillas, blusa blanca, zapatos negros y calcetines casi a la altura de las rodillas. Ya lista, salgo de mi cuarto y encuentro a Karla en la puerta de su cuarto que se queda mirándome —¿Qué miras mocosa?— le pregunto pues no deja de mirarme. —nada hermanita querida— responde con total inocencia, pero se que algo trama. Pues con solo 8 años hace bastantes travesuras. Ignorándola, sigo mi camino a la cocina, mamá me espera con cereal y leche. —buen día preciosa — me dice, a lo que le respondo — buen día mami— y le doy un beso en la mejilla y un abrazo bien fuerte. Esa mujer es mi vida entera, por quien trato de ser mejor para que se sienta orgullosa de mi. —mamá ya papá salio a trabajar?— pregunto, pues solo lo veo en las noches — si cariño, ahora come tu cereal que se te hará tarde—. Al terminar mi cereal me levanto, le doy un beso en la mejilla a mamá como despedida y me dirijo a la puerta de entrada.

Camino por las aceras de ésta ciudad de Pantaneón, un ciudad poco conocida pero bastante agradable para vivir, rumbo a la estación del autobus. Camino con mis auriculares en mis oídos, pues no me gusta ser molestada, al estar cerca de la estación visualizo que ya el autobus se encuentra allí ¡oh no! Pienso, pues está encendiendo el motor para irse. Me apresuro y corro hasta éste el cual arranca suavemente puesto que el conductor alcanzo a verme. Agradecí a todos los santos pues sino tendría que ir caminando a la escuela y eso sería llegar toda sudada y no me arriesgare a eso. Todo el trayecto voy sumida en mis pensamientos mientras escucho música. Pues hoy es el primer día de clases y el próximo año sera mi último. Sólo espero y éste año se vaya volando. ¿Acaso será la escuela la misma monotonía de todos los años? Me pregunto como será el primer día de clases sin Mariana, pues ella hace de esta cárcel un parque de diversiones.

Bajo del autobus en la estación mas cercana a la escuela, pues, tengo que caminar 2 cuadras antes de llegar a la escuela. Siento que tocan mi hombro mientras camino y al voltear está él, ése chico que, a la edad de mi hermana, ya tenia claro mis sentimientos hacia él. Habian pasado 10 años desde aquella última vez que nos vimos cuando eramos apenas unos niño.

Hey, reacciona Diego está esperando que digas algo.

Diego es un chico de piel morena, casi como la de mi padre, pelo negro. Chico alto, elegante con unos ojos verdes en los que te pierdes totalemente con solo una mirada. No tiene cuerpo de deportista, pero no se ve para nada mal!

—¿hola, me escuchas?— salgo de mi trance mental —si, si, si, perdón ¿qué decías?— el me mira gracioso por mi comportamiento desorientado —te estaba diciendo que vamos a la misma escuela ahora— me dice. Mis ojos estan a punto de salir de su lugar y lo confirmo al ver que lleva puesto un pantalon del mismo color de mi falda, con camisa y zapatos negros. Se ve bastante bien con uniforme. —pues vamos— le digo y caminamos rumbo a la escuela.

Al caminar junto a él pienso en lo que he vivido estos años en los que el no estuvo presente. Recuerdando la manera en la que me sonreía o cuando me saludaba al pasar a mi lado. Llega a mi mente aquellos intentos fallidos de amor, aquellas veces en las que pensaba que el amor no era para mi. Recuerdo también, que alguna vez pensé en acoger a la primera persona que llegara a mi vida. Pues en mi clase siempre fui la chica que catalogaban como retarida, estúpida e idiota. Siempre me alejaba para leer un libro o escuchar algo de música. Mis compañeros de clases me molestaban diciendo que seré la monja del grupo pues soy la chica a la que nunca le conocieron un novio y ya por eso era retrasada; por no estar a la altura de los adolescentes de hoy en día, por pensar diferente, por tener la madurez suficiente para saber que para todo llega su tiempo y sobre todo por ser diferente.

—Elena, oye, Elena ¿en qué tanto piensas?— miro a Diego desorbitada pues ya hemos llegado a la escuela. Sólo lo miro si contestar mientras el me mira espectante esperando una respuesta —en nada, solo vamos a clases — digo y nos adentramos en la escuela.

Caminamos por la escuela rumbo a administración para registrarnos y puedo divisar los mismos rostros de siempre y uno que otro que jamás había visto. Llegamos e inmediatamente somos recibidos y registrados con total rapidez ya que vamos un poco tarde para a primera clase del día. Colocamos nuestros nombre e información que se requiere y partimos rumbo a nuestras aulas de clase.

Algo corto el primero, pero aquí estamos!! 🙌 🌞

Adelantada al tiempo Where stories live. Discover now