CAPÍTULO III: MADRUGADA EN LA PLAYA.

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Amaia se despertó sobresaltada a las 5am sudando y con su zona íntima húmeda. Había tenido un sueño erótico con Alfred, en el cual, estaban en una playa y tenían sexo oral. Hasta en sueños, Alfred era el dueño de sus fantasías. Miró a su alrededor y vio que se encontraban en la playa. Echó un vistazo a su mano y comprobó que había pasado de verdad, Alfred y ella estaban prometidos, no había sido un sueño. Sonrió pensando en todo lo que había pasado esa noche, las veces que habían hecho el amor. De repente su cara cambió cuando le vino una idea a la cabeza. Una sonrisa pícara apareció en su rostro. Estaba en la playa, tenía a Alfred a su lado durmiendo, no sabía por qué no podía cumplir el sueño erótico que acababa de tener. Habían hecho el amor tres veces, como le había pedido Amaia a Alfred esa noche, ahora quería algo más salvaje, sexo puro y duro.

Se puso encima de Alfred y empezó a darle besos por toda su cara, bajó al cuello, y le dio varios mordisquitos en la oreja. Alfred abrió los ojos lentamente, intentando asimilar lo que estaba pasando.

- Te dije que no te dejaría dormir esta noche, y yo siempre cumplo mis promesas, susurró Amaia provocando una sonrisa en Alfred. El ronroneaba cual gato con cada beso que le iba dando Amaia, los cuales iban ya por el pecho y bajando. Amaia tenía la lengua juguetona, la cual hizo despertar a Alfred cuando llegó a la zona del ombligo. Poco a poco, veía cómo el miembro de Alfred se iba despertando y comenzó a darle tiernos besos tanto en el pene como en los testículos. Alfred no se creía aún lo que estaba pasando. Sabía que su Amaieta a veces era insaciable, y no se esperaba que esa noche, tras tres orgasmos, fuesen a tener otro más.

Amaia comprobó que el paquete de Alfred estaba lo suficientemente despierto cuando lo movió lentamente y vio como el líquido salía de dentro cada vez que lo movía de arriba abajo. Eso hacía que Amaia estuviese más húmeda. Lentamente, paseó su lengua por el pene, haciendo que con el contacto Alfred se retorciese de placer. Continuó jugando con su pene, tocándolo, metiéndoselo en la boca, primero lentamente, después los movimientos empezaron a ser más rápidos.

- Joder Amaia, eres increíble. Qué bien lo haces, me vuelves loco, tu lengua me vuelve loco, susurró Alfred, haciendo que la temperatura de Amaia aumentase poniéndose más caliente y haciendo que el compás de su mano moviéndose con el pene de Alfred en su boca fuese cada vez más y más rápido provocando que Alfred llegase al climax al poco tiempo.

Amaia, orgullosa de su hazaña sonrió a Alfred, el cual estaba recuperándose del orgasmo que acababa de tener y se recostó a su lado.

Alfred se incorporó de repente.

- ¿Dónde vas? Preguntó Amaia.

- ¿cómo que dónde voy? ¿De verdad piensas que voy a dejarte así? Ahora te toca a ti dijo Alfred sonriendo divertido.

Alfred levantó el camisón que llevaba Amaia, le quitó sus braguitas y empezó a besar sus pechos desesperadamente. – Au, Alfred, cuidado, que luego me dejas marcas -. Alfred sonrió y continuó con su juego bajando hasta abajo y dándole besos en la cara interna de los muslos. De repente rozó su nariz con su intimidad y al bajar la cabeza, la rozó con la punta de la lengua, provocando espasmos en Amaia, buscando que hundiese su boca en ella.

- Por favor titi, no juegues conmigo, hazlo ya, suplicó Amaia. Alfred sonrió al ver la desesperación de Amaia. – Tus deseos son órdenes para mí – le contestó Alfred hundiéndose entre las piernas de ella provocando que a ésta se le escapase un grito ahogado de placer.

Alfred movía su lengua en todas las direcciones en la intimidad de Amaia, e introdujo tres dedos dentro de ella provocando que se retorciese de placer como antes le había pasado a él con ella. Movía sus dedos dentro de ella sin dejar de utilizar su lengua, esa lengua que tantas alegrías le había dado a Amaia ayudando a provocarle tantos orgasmos. La primera vez que la usó con ella, en las duchas de la academia, juró no volver a prejuzgar a un músico, especialmente a un trombonista.

Soñar contigo.Where stories live. Discover now