CAPÍTULO XXII: DESPEDIDA DE SOLTERA (II)

2.7K 150 89
                                    


Tras una mañana relajadas en la playa, las chicas pusieron rumbo al apartamento para ducharse, arreglarse e ir a comer. Después de una rica comida, se fueron de compras.

- Bueno hermanita. Siento decirte que tu segundo reto ha llegado-dijo Ángela cogiéndola por los hombros y parándose delante de una tienda.

- ¿Para qué me habéis traído aquí?-preguntó Amaia dubitativa.

- Porque queremos seguir haciéndole perrerías a Alfred-dijo Marta riendo.

- ¿Qué?-preguntó Amaia agobiada.

- Vas a entrar ahí, vas a probarte varias prendas, y vas a enviarle las fotos a él-dijo Laura.

- ¿Por qué sois tan malas? Sois la peor pesadilla de cualquiera-dijo Amaia aún en shock por lo que le habían pedido sus amigas.

- No querida, somos la peor pesadilla de ti y de Alfred-dijo Marta sonriendo.

- Si estamos haciéndoos un favor. Vas a elegir la lencería de tu boda y quien va a disfrutarla es el novio ¿qué mejor que tener su opinión? Encima que nos preocupamos porque os guste a ambos-dijo Ángela con una sonrisa traviesa.

- ¿Me estás vacilando? Lo que queréis es que le dé un dolor en los huevos-dijo Amaia enfurecida.

- ¡Eh! tu despedida, nuestras normas-dijo Marta.

- Vaya mierda de amigas-dijo Amaia enfurruñada cruzándose de brazos.

- ¡Ay, Amaix!, ¿aún no te has enterado que lo que hacemos es por es tu bien? Seguro que Alfred no se queja-dijo Laura.

- De acuerdo. Pero como me cueste el divorcio antes de casarme, os mato-dijo Amaia.

- ¡Que no, mujer! Él nos lo agradecerá, ya verás-dijo Laura riendo y provocando las risas generalizadas.

- No tiene gracia-dijo Amaia indignada.

- El problema no es Alfred. El problema es que ella se pone también cachonda y sufre. Se calientan el uno al otro mutuamente y luego no pueden parar-dijo Ángela riendo.

- Sí, están muy enganchados-dijo Marta.

- Pues sí. Estoy enganchada a Alfred ¿quién en su sano juicio no lo estaría? Estoy cachonda las veinticuatro horas del día y si fuese por mí, no saldría de la cama-dijo Amaia.

- Quien volviese a esa edad-dijo Laura.

- Oye, que no me sacas tantos años-dijo Amaia.

- Bueno, nueve años, son nueve años. Javi y yo ya no tenemos tanto fondo-dijo Laura riendo.

- Ay, para. No quiero imaginarme a Javier por favor. Es mi segundo padre-dijo Amaia.

- Pues no se le da mal, la verdad-aseguró Laura.

- Puaj. En serio, no es necesario. Venga, vamos-dijo Ángela indicándoles que entrasen en la tienda.

Las cuatro entraron en la tienda de lencería y se pusieron a buscar conjuntos acordes para una novia.

- ¿Qué te parece este?-preguntó Laura enseñándole un conjunto lencero color crema con liguero.

- No sé. Es bonito, pero incómodo con las pinzas esas que se enganchan a las medias ¿no?-dijo Amaia.

- Tonterías. Pruébatelo. Y estos dos también-dijo Marta entregándole dos conjuntos más.

- Marta, uno es color azul y otro color negro. No puedo llevar esto debajo del vestido de novia blanco-dijo Amaia como si lo que estuviese diciendo fuese una obviedad.

Soñar contigo.Where stories live. Discover now