CAPÍTULO XXXVIII: SEXO DE LOS BEBÉS

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Hola a todxs

Lo primero, quiero dar gracias por haberos preocupados por mi estado de salud al no haber publicado en una semana y media cuando suelo publicar dos capítulos por semana. No he estado enferma, pero es cierto que ha habido cambios en mi vida que requieren de adaptación. Y para escribir, necesito estar concentrada al 100%.

Otro de los motivos, es que el fic está llegando a su fin... quedan menos de diez capítulos y, la verdad, me cuesta ponerme a escribir porque me da pena que se acabe (supongo que le pasará a todas las escritoras). Así que en mi ausencia, he estado escribiendo sobre papel qué va a pasar en cada capítulo hasta el final, sin dejarme ningún clavo suelto. Quiero dejar todo bien cerrado.

Muchas gracias por el apoyo, y por los comentarios tan bonitos que me dejáis siempre, tanto por aquí, como por twitter (@csonarcontigo). ¡Sois increíbles!. Aquí tenéis el nuevo capítulo. Espero que os guste.

Un abrazo.  

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Impacientes. Así se encontraban Alfred y Amaia en la sala de espera de la consulta ginecológica. Hoy le daban los resultados de los análisis en los que sabrían si los bebés iban a nacer con alguna anomalía genética o no. Además, el doctor les confirmaría el sexo de los bebés, ya que en la revisión anterior, no se podía apreciar claramente debido a la posición de los mismos en el vientre materno.

Amaia descansaba sobre el hombro de Alfred cogida de su mano, y con la otra se acariciaba la barriga mientras esperaban a que les llamasen para entrar en la consulta. A pesar de las fatigas iniciales que había tenido en el primer trimestre, estaba teniendo un embarazo bueno, sin apenas molestias ni náuseas. Ángela y Laura no habían parado de repetirle lo afortunada que era por ese motivo: "es que ni siquiera tienes los pies hinchados", "eres la única embarazada sexy que he visto en mi vida", se quejaba su hermana provocando en ella y en Alfred muchas risas.

Ambos habían decidido centrarse en el embarazo de Amaia y que su carrera profesional pasase a un segundo plano. Alfred seguía yendo y viniendo en el mismo día a los actos promocionales de su nuevo disco. Amaia, en cambio, decidió apartarse del foco mediático y hacer caso a su ginecólogo, rebajando el estrés de su trabajo para así tener un embarazo tranquilo. Y, de hecho, lo estaba teniendo gracias a que la noticia no había saltado a los medios de comunicación. Y, por el momento, querían que siguiese así.

Alfred, al lado de Amaia, movía la pierna nervioso.

-¿Qué te pasa, titi? ¿Estás nervioso? -preguntó Amaia, acariciándole el brazo mientras le dedicaba una dulce sonrisa.

-Un poco, la verdad. Nervioso, pero feliz -afirmó él, sonriendo.

-¿Por?

-Seguramente nos confirmen el sexo de los bebés. Por fin sabremos si vienen dos cuquitos, dos cuquitas, o un cuquito y una cuquita.

-¡Ay!, acabas de ponerme nerviosa -contestó Amaia, sonriendo.

-Amaia, Alfred, vuestro turno -les llamó Alicia.

Alfred y Amaia se levantaron y entraron en la consulta del médico.

-¡Buenos días! ¿Qué tal? Vaya barriga Amaia, ¡Cuánto ha crecido en un mes! ¿Qué tal estás?

-Muy bien, la verdad. No puedo quejarme.

-Me alegro. Bueno, pareja, podéis respirar tranquilos. Tengo el resultado de los análisis sobre las anomalías genéticas y está todo genial, no tenéis que preocuparos -dijo Fran, provocando una sonrisa de felicidad en las caras de Amaia y Alfred.

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