CAPÍTULO XX: NUEVO HOGAR.

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La vuelta a la rutina no fue dura debido a la semana tan especial que estaban teniendo. El lunes fueron al estudio a escuchar el nuevo disco de Amaia. Los cuatro suegros quedaron maravillados con los nuevos temas compuestos en su totalidad por ella.

El martes llegó el turno de Alfred, al cual no le terminó de convencer cómo habían quedado los arreglos finales de una de las canciones.

- Alfred hijo, pero si es impresionante ¿qué no te gusta?-preguntó sorprendida Javiera.

- No sé Javi, siento que hay algo que le falta a este tema para que sea totalmente bueno.

- Yo lo veo increíble Alfred-aseguró Txus.

- ¿Pero por qué crees que le falta algo?- preguntó Ángel.

- Este hijo mío es muy cabezón. Te hemos dicho que es espectacular. Especialmente ese tema-aseguró Alfredo.

Los cuatro suegros comenzaron a hablar con él para tratar de convencerle de que el disco era genial y no había nada que cambiar. Estuvieron intentando persuadirlo hasta que Amaia les interrumpió.

- Da igual que le digáis que está increíble y es impresionante. Si él piensa que falta algo, no parará de darle vueltas a la cabeza hasta que encuentre qué es eso que le falta. No te preocupes titi, seguro que encuentras eso que dices que falta para convencerte. Aunque déjame decirte que desde mi punto de vista, el disco en su totalidad es espectacular. Estoy muy orgullosa de ti y me has hecho llorar con varios temas-dijo ella emocionada.

- Y por eso, eres la mujer de mi vida y me muero de ganas de casarme contigo. Porque nadie me conoce ni me entiende como tú-dijo Alfred agarrando a Amaia por la cintura atrayéndola hacia él y dándole un dulce beso en los labios provocando una sonrisa en todos los presentes.

Alfred sonrió. Su disco estaba apunto. Sólo le faltaba pulir los arreglos de la canción más importante para él de ese disco. Aquella canción que hablaba de esos ocho años de relación al lado de la mujer de su vida y de cómo ella le había dicho sí quiero a su proposición matrimonial; sí a pasar el resto de su vida con él. No era una simple canción y quería que fuese perfecta.

Después de comer en un restaurante los seis juntos pusieron rumbo al distrito de Sarrià donde vieron dos casas. No le convencieron ninguna de las dos. Al igual que descartaron adquirir un terreno y hacerla ellos a su gusto. Todo ello debido al tiempo que tardarían en hacerla. Al día siguiente irían a ver una última casa que tenían programada para esa semana.

Esa noche Alfred notó a Amaia triste y apagada. Estaba haciendo la cena cuando le rodeó la cintura por detrás y le abrazó.

- Titi, ¿qué te pasa?¿He hecho algo mal?-preguntó él apenado.

- No cucu. ¿Cómo vas a hacer algo mal?-dijo Amaia girándose y acariciándole la cara antes de depositar un suave beso en sus labios.-Estoy un poco agobiada con todo lo que tenemos por delante. Encontrar una casa que nos guste, nuestros discos, promociones, giras, la boda. Me he acordado de todo ahora mismo y me he agobiado ¿seremos capaces de abarcar todo?¿Qué pasa si no encontramos casa?¿Cuándo nos casamos? Aun no tenemos fecha. Y encima este fin de semana tengo la despedida de soltera con las chicas. Tengo una despedida de soltera organizada y aún no tengo fecha de boda ¿no te resulta raro?

Alfred la calló con un beso y acto seguido le dio un abrazo. Abrazo que ella necesitaba. Se sentía protegida y segura entre los brazos de él.

- No te agobies mi amor. Todo va a estar bien y yo estoy a tu lado ¿vale?

Soñar contigo.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt