7. Mi persona bonita.

879 47 6
                                    

A mitad de la tarde vinieron Álvaro y Sam con nosotros al estudio.

-Lleváis toda la mañana encerrados aquí?-asentimos riendo-anda, salid a que os dé un poco el aire-le hicimos caso y fuimos al jardín.

Una vez en el jardín nos pusimos: Sam y yo, y Álvaro y Agoney, para echar un partido de fútbol. Álvaro era profesional y nosotros 3 éramos, pues eso, patéticos.

Se veía venir y ganaron ellos.

-Somos unos grandes, Álvaro-chocaron las palmas y empezaron a reírse.

-Si no has hecho nada, cabrón-miré a Sam-nosotros si que somos los campeones.

-Nada nada, nosotros somos los campeones-le pasó el brazo por el cuello y le acercó a él.

-Y encima dice que no he hecho nada, el que no para ni las pelotas-es un creído, le odio. Bueno no.

-¡Traición de una amiga!-nos empezamos a reír por como exageraba las cosas sin relevancia-son idiotas-se unió a nuestra risa.

Acabamos los cuatro tumbados en el suelo. Agoney, yo, Sam y Álvaro, en ese orden. Agoney y yo estábamos muy cerca, tanto que nuestras manos, separadas un palmo de nuestro cuerpo, se podían rozar y a pesar de mis ganas de querer entrelazarlas no sería yo quién lo hiciese. Quizá por orgullo, quizá por vergüenza, no sé, pero no lo hice.

Llevábamos 5 o 10 minutos tumbados mientras mi primo y mi hermano tenían una conversación, dado por sus risas, bastante entretenida y graciosa. Yo seguía debatiéndome en si darle la mano, pero me faltó tiempo porque lo hizo él.

-Si no lo haces tú, lo hago yo-sabía que estaba sonriendo, le miré de reojo, efectivamente estaba sonriendo y mirándome, me puse rojo y aparté mi mirada de él-no me acostumbro a que te sonrojes por cosas mínimas-quizá para tí son mínimas, pensé.

-Eres idiota-le di un puñetazo con mi mano libre. Me di cuenta de que su dedo pulgar, de la mano entrelazada con la mía, estaba acariciando mi mano.

-Y tú muy mono cuando te pones rojos. Tienes un total de 5 años, rubio-se acercó más a mí, ahora no sólo nuestras manos estaban en contacto también lo estaban nuestras piernas y brazos-algún día podré com-

-Chicos-nos separamos un poco para mirar a Álvaro pero nuestras manos no-nos vamos dentro a jugar a la Play o algo.

-Si si, ahora vamos-me guiñó el ojo-¡idiota!-aunque no me oirá.

-Algún día me podrás contar porque te alejaste de la música?-me dijo sonriendo.

-Estoy seguro de que sí podré. Pero me va a llevar un tiempo, una semana, quizá.

-Una semana...mmmm-dijo pensando-perfecto, pero nos seguiremos viendo, alomejor cuela que me lo cuentes antes-dijo riendo flojo.

-No quiero llevar prisa, casi nadie lo sabe.

-Y eso se debe a...?

-A que tengo miedo-dije haciendo comillas con una sola mano-de que lo usen en mi contra y solo para jorobarme y porque nadie me ha llegado a preguntar con interés solo me preguntaban por compromiso-y era de las mayores verdades que había dicho, nadie se había preocupado por mí, salvo mi familia y gente muy cercana: Aitana, Alfred, Miriam, Nerea y Mireya. Aún así ellas sabían la historia por encima.

-Nunca usaría una debilidad para joderte. No a tí-me dió un beso en la mejilla y joder me sentí agradecido porque él se veía que se preocupaba de verdad.

-Mira, pues alomejor se adelanta la semana y te lo cuento antes-me miró pícaro y se a horcajadas encima de mí para llenarme la mejilla y la frente de besos-ay, para para-empecé a reírme y él se separó de mí para unirse conmigo.

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora