27. Real.

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-Hola-dije al salir a la puerta para abrir a Agoney.

-Hola-nos dimos un pico y entramos a mi casa con la intención de evitar presentaciones, pero fue difícil teniendo que pasar por la puerta del salón donde estaban.

Difícil e imposible evitarlo, presenté a Agoney como un amigo a mis padres, ganándome alguna sonrisa socarrona por parte de mis padres.

-No lo saben, no?-negué con la cabeza inclinada hacia abajo-no pasa nada, eh.

-Ya, osea lo saben, almenos lo intuyen pero no dicho por mí. Entre otras cosas por "vergüenza"-hice comillas exageradamente-y otra porque si mi hermano que es hetero no tuvo que decir abiertamente o hablar sobre su orientación, no tengo porqué hacerlo yo.

-Es cierto y estoy seguro que tus padres te querrán seas gay, hetero o una-miró alrededor-una alfombra-reímos y nos quedamos mirándonos para después acercarnos y besarnos-sabes qué?

-Si no me lo dices pues no-me dió un golpe en el hombro y me tiré a la cama exagerándolo.

-Eres idiota-se tumbó conmigo-mi hermana se enteró cuando me pilló en casa con un "amigo" y estábamos besándonos, acabamos saliendo, pero duramos más bien poco. Bueno que a veces no es necesario decirlo y tratarlo como algo normal, salvo si tienes la necesidad de decirlo y sientes que con ello te quitas peso de encima.

-Ahora no tengo la necesidad de decirlo, pero sé que acabaré diciéndolo aunque sea algo de lo más normal-nos giramos quedando cara a cara.

-Sabes que estaré ahí, no?-asentí a la vez que ponía de mis mayores sonrisas por el guiño a mi canción.

-Sabes que te odio, no?-le di un beso que con su mano en mi nuca profundizó y acabé tumbado encima de él.

-Yo más-volvimos a unirnos en un beso, seguido de otro, otro y mil más.

Estuvimos un rato tumbado en la cama, la habitación se llenó de arrumacos de amor, de besos, de ronroneos, pequeños quejidos cuando alguno alejaba la mano o los labios del otro, de amor.

-Vamos a la salita?-asintió y dados de la manos fuimos allí.

Cantamos canciones que ambos nos gustaban, me cantó y tocó su single que en poco saldría, y acabamos uniendo nuestras voces en una canción que para ambos era conocida, manos vacías de Miguel Bosé.

Era una canción que cantaba desde hace un tiempo y solía escuchar con mi padre, a quien sí que le gustaba esa canción, pero sin llegar a interiorizarla en cuanto a significado.

Pero ahora lo comprendía y veía las tardes en mi cama tumbado junto a Agoney, cuando se tenía que marchar pero no quería y ponía la excusa de que se quedase a comer para estar un rato más juntos, o el acompañarle a su casa para alargar poco más las despedidas.

Mi móvil, encima de la mesa, vibró un par de veces pero lo ignoré centrándome en la voz de semejante dios griego que tenía sentado al piano. Mi piano.

-Quieres merendar algo?-se encogió de hombros y yo me bajé del taburete y dejé un beso en su frente-vente, anda.

Me siguió agarrado a mi mano hasta la cocina donde estaban Álvaro y Sam.

Les saludamos y Agoney se sentó con ellos en la isla de la cocina mientras que yo intentaba coger la caja de cereales del estante de arriba.

Dejé de intentarlo cuando un brazo mas largo que el mío invadió mi campo de vista y alcanzó la caja, era, evidentemente, Agoney.

Giré sobre mis talones y me le encontré con una sonrisa entre tierna y burlona, dejé un beso en la comisura de sus labios, pero él disconforme cogió mi mentón con una de sus manos y dejó sobre mis labios un beso en condiciones y que dió a pie a miradas desde la isla.

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang