9. Rutina.

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Vete tú a saber que ha pensado.

-No intentes averiguarlo, no te lo imaginarás, amiguete—me quitó el brazo y volvimos a la cocina.

En la cocina estaban Sam y Álvaro. Sam había quedado con Albert y Álvaro con Mireya. O se venían a casa y nos quedamos de sujetavelas o nos quedábamos sólos. Mi hermano, la cabeza pensante, decidió dejarnos solos.

-Vamos a mi habitación a ver una película?

-Y lo que surja, no?—me puse rojo y riendo fuimos a mi habitación.

-Espera, tengo que mirar que esté recogida—me reí y él me dió un empujón para entrar los dos.

-Super ordenado todo—se rió y se sentó en la cama.

Acabamos tumbados en mi cama con el portátil en mis piernas viendo una película, de la cual no me estoy enterando porque no paro de mirar a Agoney.

Acabó la película y eran las cinco.

-A qué hora te vas?—reculo—digo por si puedo acercarte a casa.

-Tengo el coche abajo—caí en el coche de la puerta del garaje y asentí—osea que me iré a las nueve o así para cenar en casa.

Se me pasó por la cabeza invitarle a cenar, pero se iba a notar mucho y si lo hacía mi hermano me lo recordaría hasta que la vuelva a cagar y me recuerde la metida de pata.

Después de hablar un rato fuimos al estudio y estuvimos cantando y tocando.

-Me puedes decir que tienes pensado para que te lo diga antes? Por favor—dije poniendo cara de cachorrito.

-Es una sorpresa y no me pongas esa cara porque—se cortó—porque no va a funcionar—se notaba que no iba a decir eso pero no le quise dar importancia.

-Pues alomejor no te lo digo porque lo mío también es sorpresa.

-Te odio—me dió un golpe—te lo cuento mañana—puse cara de perrito, otra vez—que no pongas esa cara, pesado—se giró hacia el piano para tocar.

Cantamos varias veces million reasons.

-Sabes qué?—me encogí de hombros—cuando fuisteis a mi habitación del hotel, te oí cantando esta canción y joder—se cortó—osea que, que bien cantas jodío—me tocó el pelo, cosa que odio pero a él le dejo, mientras yo me ponía rojo.

-Gracias, yo admitiría que cantas bien pero los he visto mejores, no? No, de verdad, cantas genial y te queda mucho por delante.

-Mejores dice, si yo soy el mejor—asentí riendo—tss, pero que no lo niegas.

-No—porque lo era.

-No tienes ganas de que llegue mañana? Porque yo sí.

-Lo dice el que sabe que me va a hacer y me tiene a dos velas—mierda—osea intrigado—empezamos a reírnos por el doble sentido.

-Te puedo quitar lo de a dos velas en cosa de nada, eh—me puse rojo, porque eso si que iba con doble sentido.

Seguimos cantando y me iba contando lo que iba a hacer aquí en Barcelona. Quería grabar un disco, pero aún estaba grabando el single y no me lo quiso cantar.

-Sé que me vas a echar de menos pero me tengo que ir a casa.

Le acompañé a la puerta y le dejé intentar abrir la puerta que daba a la calle mientras yo me reía. Abrí yo la puerta aún riéndome.

Ya fuera le despedí con un abrazo y un beso en el hombro.

-Mañana nos vemos, rubio.

-Mañana me lo dices, moreno—le guiñé un ojo y se fue.

Pasé a casa a cenar aunque estaba sólo. Mi hermano me avisó de que dormiría con Mireya y mis padres llegarían tarde, así que me puse a cenar mientras veía una película.

Me estaban llamando y lo cogí sin mirar quien era.

Espero que sea importante porque me habéis llamado justo en la mejor parte de la película.

Que mal te sienta mi ausencia, eh. Sí es importante pero te dejo vien-

No no, dime Ago.

Tienes planes para mañana por la tarde?

Sí, dormir y descansar sin tu que se agradece.

Pues adiós.

No no, es broma. No tengo planes.

Vale, pues ahora sí.

Dónde me vas a llevar?

Solo te doy una pista: single.

No pensarás colgarme dejándome así, no?

Pff—se hizo el pensativo—pues sí.

Jo, Ago. Por favor.

-No te lo voy a decir, pesado.

-Jo, pues cuéntame algo que me aburro y así no me cuelgas.

-No estabas viendo una película y estaba en la parte más interesante?—empezó a reírse, que cabrón.

-Si, pero ya la he quitado.

-Ya ya, seguro que es por eso. No sé que contarte—se calló, como si estuviese pensando—ah ya, que tengo sueño.

-No te vayas a dormir, por fi, insertar mi cara de cachorrito—empezamos a reírnos.

-No puedo imaginarme esa cara, es que me niego.

-Uy, por qué?

-Algún día te diré—apostaría a que está sonriendo.

-Dímelo y no hace falta que me hagas nada y te lo cuento el jueves. Además me servirá para quitarme un peso de encima.

-No vale, eso es chantaje—me reí—bueno vale, es que te ves muy mono pero muy—se cortó, que manía tiene con hacer eso—sexy y pues digamos que si no fueses tú te comería la boca—de piedra, así me ha dejado—Raoul? Mierda, la he cagado, no? Lo siento, me has dicho que te lo diga—empezó a hablar muy rápido.

-No no, no pasa nada, en verdad yo también te com—mierda—osea me comería la boca.

-Estás rojo, seguro—empezó a reírse y yo con él porque es cierto, estoy rojo y lo noto—y lo de mañana, aunque te lo haya dicho lo haré, porque quiero y me apetece que lo veas.

Nos pasamos un rato más hablando hasta que nos fuimos los dos a dormir. Soy partidario de que este tipo de llamadas por la noche se hagan rutina.

No sé si eran las horas o qué, pero el tonteo que nos traíamos se podía palpar a kilómetros.

Y me voy a dormir, contento porque el chico que me está empezando a gustar me ha tirado la caña y me ha dicho que me comería la boca.

Ojalá las llamadas se hagan rutina y sea por la hora o porque queramos nos sinceremos de esta forma. 

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Where stories live. Discover now