39. En casa.

546 42 0
                                    

Es viernes, bueno jueves pero ya son las dos de la noche, osea viernes.

Me dormí tras haber estado hablando con Belén y Alfred.

Por la mañana quedé con ellos junto con Aitana en casa de Belén para pasar la mañana y comer juntos, ya que llevábamos tiempo sin quedar todos juntos.

Son las diez y media, no tengo ni idea de qué hago despierto pero aquí estoy, pensando en qué hacer si desayunar ya o levantarme un rato al piano.

Me decanto por la segunda opción y me levanto a duras penas de la cama encaminado a la sala del piano.

Empecé cantando diversos temas de mis cantantes favoritos y acabé intentando componer y acabar mi canción.

Logré escribir dos estrofas tras tachar y escribir en un bucle constante de disconformidad o simplemente por no saber cómo plasmarlo en la partitura y de la manera correcta.

Me levanté del piano tras una hora y media encerrado en mi pequeño refugio y oír pasos en el piso de abajo dándome a entender que había gente despierta.

Bajé y me encontré a un Álvaro que podría decir que desconocía, con unas ojeras bastante notables, decaído y mirando su café sin notar mi presencia frente a él. Intento hacer movimientos ligeros con intención de hacerme ver pero sin llegar a asustarle, consigo su atención y me siento en el taburete de enfrente.

-Qué te pasa?

-A mí nada—le miro sin creerle.

-Espero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea—alcanzo su mano para agarrarla y acariciarla.

-He discutido con Mireya y con Sergio—empecé a unir mis teorías y espero que no sea lo que estoy pensando—son movidas independientes, Mireya quiere que vaya con ella a un desfile de moda y tengo entrenamiento para el partido de mañana, se ha molestado porque no puedo ir.

-Seguro que se le pasa y entiende que no puedas dejar el entrenamiento si mañana juegas, habéis tenido mil movidas de este tipo no te preocupes por eso—le sonrió tras ver cómo sus ojos preguntaban si eso es real—y Sergio?

-Nada, que es un picado y quiere que le deje a él jugar y a mí meterme al banquillo solo porque van sus hijos y su novia a verle "quiero que estén orgullosos de mí"—dijo imitando su voz.

Con el tal Sergio este ha tenido ya varias movidas, aunque él no solo las ha tenido con Álvaro si no con casi toda la plantilla del Zaragoza.

-Sí? Pues a ti van a irte a ver tu hermano, su novio, su cuñada y el novio de esta—ahora es él quien me mira incrédulo porque sabe que no disfruto nada con el fútbol y nunca he ido a un partido que no sea a alguno donde él jugase.

-Sí, es en Barcelona, no?—asintió con una sonrisa sincera, rodeé la isla para ir a abrazarle—si metes un gol me lo dedicas, eh—asintió en mi hombro.

-Anda desayuna enano—me revolvió el pelo.

-Con lo bien que estábamos vas y lo estropeas—nos reímos mientras me acerco al mueble para sacar lo que iba a desayunar.

-Hoy como en casa de Belén con Aitana y Alfred—asintió dándome a entender que me había escuchado.

Desayunamos hablando de temas varios.

-Por cierto el partido es el sábado por la mañana, a las 12—asentí, dejé un beso en su mejilla y subí a mi habitación.

Pasó una hora en la que me dió tiempo a hablar por teléfono con un Agoney adormilado, a vestirme y a peinarme sin echarme productos en el pelo.

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt