16. ¿Y si nos arriegamos?

830 49 3
                                    

*Por teléfono*

Dime, ¿estás bien? ¿Ha pasado algo?

Sí, estoy bien o eso creo.

Cuéntame.

Me ha dicho «te quiero», no quiero sacar las cosas de contexto, pero era como que sus ojos hablaban solos. Como si ambos sintiésemos lo mismo.

Le quieres mucho, ¿no?

Sí y me sigue aterrando como el primer día que me di cuenta de ello.

Y ¿por qué no habláis de vuestros sentimientos?

Me conoces como soy para esto.

Y así estuvimos como una hora hasta que colgamos con la intención de irnos a dormir, debatiendo si hablar o no de lo que siento por Agoney, si tirarme a la piscina o quedarme en el sitio, si explicar lo que sentía o no.

Y es que estoy acojonado, con los sentimientos a flor de piel, porque le quiero, mucho, pero también me aterra la idea de que acabe yéndose o acabe haciéndole daño.

Me quedé dormido pensando en qué pasaría, no le veo capaz de hacerme cambiar mis sentimientos o mandarme a la porra.

También pensé en como abrirme a mi hermano, aunque él se lo olía pero tenía que salir de mí.

Por la mañana hablaría con él de esto.

-Raoul, despierta que es tarde.

-¿Qué hora es?

-Las 12.

Me levanté y cogí el móvil. Tenía cuatro mensajes de tres chats.

Aitana dándome los buenos días y diciendo de quedar, la respondí y la dije que no podía por la mañana y por la tarde no lo sabía.

Alfred ayer dándome las buenas noches, le di los buenos días.

Y Agoney ayer dándome las buenas noches y hace un rato los buenos días, también le di los buenos días junto con dos corazones amarillos.

Bajé a desayunar y ver si estaba mi hermano sin hacer nada importante para poder hablar.

Desayuné junto a mi madre y hablando de cómo le iba en el trabajo y de qué hice ayer por la tarde.

Al terminar y lavar mi vaso y cuchara fui al salón a buscar a mi hermano pero estaba hablando por teléfono, seguro que con Mireya.

Sonrió automáticamente al pensar cómo se conocieron y lo que les costó sincerarse acerca de sus sentimientos. Era raro bajar al salón con la incertidumbre de poder encontrarme a una de mis mejor amigas liándose con mi hermano, pero pasó el tiempo y me acostumbré a verla por casa con mi hermano.

Abandoné el salón y fui a mi habitación.

Cogí el móvil y empecé a hablar con Alfred, Aitana y Agoney. Eran mis tres personas favoritas, fuera de la familia, por lo que la sonrisa era constante al hablar con o de ellos.

A los cinco minutos Agoney y yo quedamos en hacer facetime porque nos aburríamos, y por mi parte porque me apetecía verle.

*Por facetime*

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Where stories live. Discover now