31. Ni con esas.

579 51 1
                                    

Voy de camino al aeropuerto porque he quedado con Agoney para recogerle. En estos días no hemos dejado de hablar y él me ha ido contando lo que ha hecho o iba a hacer.

Lo decía con la ilusión de un niño pequeño y eso me llenaba a límites insospechados

Aparco en el sitio más cercano a la puerta de entrada porque hace frío y no me apetece andar mucho.

Quedaban alrededor de 10 minutos para que el avión aterrizara así que me senté en un banco que había cerca de la puerta de llegadas.

-Raoul?—miré al lugar de donde provenía la voz.

-Martí?—asintió y nos acercamos a abrazarnos.

Fue un abrazo largo, por todo el tiempo que llevábamos sin vernos, que ya eran años.

-Qué tal te va?

-Bien, acabé la carrera filología y bueno estoy buscando trabajo pero mientras tanto trabajo en un buffet—se encogió de hombros—y a ti?

-Bien, voy a empezar pronto a ir a un conservatorio para mejorar el piano y la voz.

-Sigues con lo tuyo de ser cantante?—asentí y revolvió mi pelo—lo conseguirás y no dentro de mucho, ya en primaria cantabas bien—volví a abrazarle.

-Y tú conseguirás—me quedé pensando que podía hacer un filólogo—traducir libros de chino al español—se rió y nos separamos un poco.

-Me tengo que ir, nos veremos, eh—nos estrechamos la mano y se fue.

Es un amigo de la infancia, nos teníamos mucho aprecio, demasiado quizá. En alguna fiesta de cumpleaños compartimos más allá de unas palabras, pero tampoco sabíamos que hacíamos.
Lo supimos cuando ambos veíamos que los besos eran más frecuentes, que significaban más allá de lo que a otros podría parecer.
Nos alejamos un poco para intentar frenarlo, por mi parte fue imposible pero no era consciente, nunca, al menos en mi caso, se es consciente si tienes 10 años de que mi mejor amigo me empezaba a gustar.

Hablaba todo el rato de él en casa, a mi hermano, a mis padres, a todo el mundo.

Acabó la primaria y se fue a Madrid por temas de trabajo de sus padres. Hablábamos el primer año, el segundo solo las felicitaciones esenciales, al tercero nada.

Volví a conectar con el mundo exterior y me fijé en un grupo de chicas que no paraban de gritar, supongo que estarían viendo a alguien famosillo. Las ignoré y cogí el móvil, las 13:30.

El avión de Agoney ya habrá llegado o estará a punto.

-Psh, rubio—levanté la mirada del móvil y lo tenía junto enfrente.

-Ago!!—recorrí la distancia que nos separaba y le abracé.

-Lo siento por tardar, es que han venido unas chicas y hemos estado haciéndonos fotos y tal—ah claro, las chicas que estaban gritando, supongo.

-A veces se me olvida que eres un famosillo y que tienes fans—me dió un golpe flojo en el hombro y me rodeó con su brazo.

-Te he echado de menos.

-Y yo.

-Por cierto, tengo que explicarte cosas de las que quizá no te hayas dado cuenta o sí, y también el porqué real de mi desconexión.

-No era verdad lo que me dijiste?

-No del todo, pero te cuento en casa—puede que fuese solo percepción mía, que se me estuviese yendo la olla pero su voz no estaba del todo completa y eso me aterraba.

-Está bien, tengo el coche cerca de la puerta.

Nos dirigimos al coche en silencio, no era incómodo pero cada uno estaba con la cabeza en una parte y pensado en cosas distintas, o no tanto.

Por el camino pusimos la radio y dejamos sonar música en el trayecto del aeropuerto a su casa, a veces también sonaban nuestras voces tarareando alguna canción, pero no pasaba de ahí.

Llegamos a su piso y entramos, esta vez a diferencia de otras me quedé sentado en el sofá.

-Voy a por agua y te lo explico todo—asentí cuando volvió se sentó a mi lado con el cuerpo ligeramente inclinado en mi dirección.

-Cuando quieras y si estás preparado—asentió le cogí la mano y la apreté levemente.

-Bueno, ocurrió el primer día—tragó notablemente—volví a ver a mi ex, se acercó a mí y estuvimos hablando, era todo normal parecía que no había pasado el tiempo y que solo éramos amigos. Todo cambió el mismo día por la tarde, quedamos para ponernos al día—hizo una pausa—estábamos en un bar cerca de mi casa, acabamos en casa, en mi sofá—me removí en el sofá—no llegamos a hacer nada, estuvimos hablando y empezó a remover el pasado. Que si estábamos genial juntos, que te dejase y volviese con él, que no me quieres a mí sino a mi físico y cosas así—iba a hablar pero me hizo un gesto para que le dejase continuar y asentí—no le hice caso, evidentemente, confío en ti. Él seguía en sus 13, que te dejase, que no me querías, me cansé y empecé a gritarle que se fuese de mi casa—tragó con la intención de calmar el nerviosismo y acabar con el nudo de su garganta—no me hizo caso, seguía hablando y yo gritando. Me agobié y acabé desmayado en mitad del salón con una ansiedad del copón, y él se fue, a su puta casa y yo tirado en el suelo hasta que vino mi hermana, me recogió y llamó a una ambulancia porque no reaccionaba. Acabé ingresado durante dos días, en esos días llamaste tú. Mi hermana me avisó pero no pude llamarte hasta que te hablé, te solté el sermón porque no era capaz de verbalizar lo que me había pasado, lo siento por no contarte nada—cuando acabó le abracé fuerte y sentí que se rompía entre mis brazos.

-No importa que no pudieses hablarme en ese tiempo, es lo que menos importa. Lo que más me importa es que tú estés bien—asentió—seguro?

-No sé, pero no me sueltes.

-Te quiero mucho, Ago—le acaricié la espalda repetidamente.

-De verdad?—le separé.

-Ago, mírame—se negó y levanté la cabeza agarrándole por el mentón—te quiero mucho, de verdad, por encima de todo y de todos, que revienten—me acerqué a sus labios y dejé un beso que sabía a lágrimas.

-Yo también te quiero—volvimos a abrazarnos y así estuvimos un rato largo, sin separarnos.

No entendía cómo a alguien podía ser tan de aquella manera para ser capaz de derribar así a otra persona, cómo podía ser capaz de hacer a alguien pedazos para sentirse bien consigo mismo.

Es inexplicable cómo se puede ser tan repugnante.
Y el ex de Agoney lo era.

Ahora le tenía entre mis brazos roto en pedazos por un pavo que no merece nada lo que tuvo.

-Ahora estás aquí y estás bien, prometo que no te voy a soltar, que haremos lo que haga falta y ahora si que no te voy a dejar solo, nunca—susurré en su oído.

-Nunca?—negué contra su hombro.

-Salvo si me lo pides con el fin de que estés mejor.

-Ni con esas te alejes de mí, sería lo más estúpido que pediría.

-Pues ni con esas te dejo.

---------------

Nota:

Hola amores!

He estado pensando y llegado a la conclusión de que si con este capítulo la novela alcanza las 10k lecturas subiría 1 o 2 (depende de si me da tiempo hacer el 2º) capítulos extra, independiente del semana en viernes.

En tal caso lo subiría en martes.

Gracias por las lecturas y los votos, y por todo, sois un amor.

Felices fiestas, amores! 💛

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Where stories live. Discover now