18. Caminos.

803 56 2
                                    

Aún dados de la mano, abrió la boca pero la volvió a cerrar. Se le veía algo nervioso y por un lado me hacía sentir bien porque estábamos en igualdad de condiciones pero me daba cosa

¿Y si se va a Tenerife?
O peor, se queda pero no quiere verme, puede que se haya cansado de mí.
O puede que al ser famoso le haya criticado por pasar tanto tiempo conmigo.
O quizá nos ha pillado algún paparazzi de esos.
O-paro porque esto no me está sentado bien.

-Oye, ¿estás bien?—asentí dudando y nervioso, me abrazó—tranquilo, que no es malo, solo que no sé por dónde empezar-me tranquilizó un poco—a ver—le apreté un poco la mano y me aferré más a su cintura-sabes que soy gay, no?—mierda tiene novio, seguro, aún así asentí—bien pues hace un mes o así conocí a un chico—venga hasta luego—no vive donde yo, pero le veo casi todos los días o en su casa o en la mía. Y bueno, que me gusta mucho, pero dudo que él sienta lo mismo por mí, y no sé si está preparado para tener una relación porque hace unos días me contó que en la última lo pasó fatal. Quizá tenga miedo de que le haga lo mismo o esté preparado pero no conmigo, porque si tuviese algo conmigo mis "fans"—dijo haciendo comillas con su mano libre—le presionen o lo haga yo. También tengo miedo de no ser lo suficiente para él, porque tengo bastante con quererme a mí pero es que a él le quiero el doble que a mí mismo.

-Estoy-jodido-seguro de que él te va a querer como eres y podría esperar lo que fuese por ti, porque vales mucho y tienes muchas virtudes aunque tú puede que solo veas tus defectos—le quiero y esto duele—además no tiene porque sentirse presionado y sé que tú no lo harás. Y él te querrá por cómo eres-como siga me rompo—vales mucho, Ago—y finalmente me rompí. Le quiero tanto que duele y tenerle entre mis brazos y me le imagino con otro, mil veces mejor que yo y no puedo.

-Ey, ¿qué te pasa?-preocupado y se separó, me cogió la cara para hacer que le mirase, pero no podía, no ahora que estoy en la mierda.

-Nada, da igual.

-Va, dime, algo será, no quiero que estés así, jo—se le veía realmente preocupado y con una sonrisa, aunque triste, con la intención de tranquilizarme.

-Que me pasa lo mismo—se le borra la sonrisa—pero el chico que me mola, me está diciendo que le mola otro, que estoy abrazado a ti y te imagino abrazado a otro, que me gustas, Agoney, me gustas mucho y sí, me da miedo por si te vas a Tenerife y me vuelvo a quedar aquí jodido, pero es que por ti me arriesgaría mil veces. Y sí, no te lo tendría que decir ahora que te gusta otro, pero venía con esa intención, de lanzarme a la piscina de cabeza y sin fondo—cojo aire—porque tienes el poder de hacer que crea y confíe en mí mismo, y confías en mí más que yo mismo. Y me duele que ahora te guste otro, pero ojalá te quiera la mitad que yo, de verdad—me volví a aferrar a él y ahora los dos envueltos en un mar de lágrimas.

-Eres un incordio—dijo sonriendo y habiendo pasado unos cinco minutos—si me dejases acabar te podría decir que eres tú y que si te tienes que imaginar a alguien conmigo tirado en este mismo sofá que sea a tí, porque es con quiero estar así. Porque te quiero a ti más que a mí—dicho esto le miré a los ojos, aún empañados, con una sonrisa que hablaba sola.

Nos miramos a los ojos y la sonrisa amplia capaz de decir lo que ambos no teníamos el valor de soltar, porque no era necesario aportar más palabras a algo que la mirada, llena de brillo y lágrimas hacía sola.

Me sentía completo, sin miedo y capaz de atreverme a decir todo otra vez.

Tras unos cuantos minutos mirándonos, sin decir nada, con la sonrisa más amplia y sincera que podíamos tener, mi mano alcanzó su cara acariciando con mi pulgar suavemente su barba bien recortada y él llevó su mano a mi nuca de manera sutil y con la fragilidad que se trata a un cristal a punto de estallar.

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora