19. Dejarte llevar.

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Salí de su casa después unas cuantas despedidas que aparentaban ser las últimas durante ese día, pero que no lo eran.

Nos despedimos en el rellano porque le obligué a no bajar tantos escalones solo para despedirme.

Bajé las escaleras y cuando estaba montado en el coche con la estúpida sonrisa que me dejaba estar con Agoney, llamé a Alfred habiéndome asegurado de que podía hablar.

*Por teléfono*

Antes de que oigas el motor y me digas nada, estás en manos libres.

Vale, ¿cuentas o cuento?

Tú primero.

A ver, he llegado y hemos ido a la Cafetería Salva, donde siempre, hemos tomado algo y después en mi casa le he dicho todo lo que sentía.

Durante el viaje, que fue corto, me contó todo lo que le había pasado con Amaia: sus nervios, la reacción de ella e hizo hincapié en que todo lo que sentía era mutuo y correspondido.

Y yo cual madre orgullosa cuando su hijo lleva un sobresaliente a casa le repetí cuanto me alegraba, que era mucho.

Llegué a casa y le colgué prometiendo que después de mi hermano y primo fuese él quien se enterase.

Al entrar a casa me encontré con mi hermano y mi primo dormidos en los sofás individuales con la televisión encendida.

No quería despertarles y esa era mi intención hasta que de un momento para otro mi móvil comenzó a sonar y vibrar en el interior de mi bolsillo derecho.

Me estaba llamando Agoney.

Dimee.

¿Estás haciendo algo?

Acabo de llegar a casa, pero tengo que hablar con mi hermano y mi primo.

¿Les vas a contar?

No , ¿quieres?

Estaba realmente nervioso, y si no podía contarles porque él no estaba preparado del todo? si se arrepentía? Y si...

Claro que , bobo. Es más le acabo de contar a mi hermana y una amiga de Barcelona. No te importa, ¿no?

Claro que no, salvo si me quierenmatar o algo.

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora