The last. Nuestro mayor sueño.

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PI PI PI PI PI

Un ruido constante, regular y agudo retumbaba en mi cabeza, la cual me dolía bastante.

Intenté alargar el brazo para alcanzar la mesilla y coger el móvil para mirar la hora, pero me era inútil. Intenté llamar a Agoney, a Álvaro, a Sam, a mis padres pero no podía articular palabra. Intenté por todos los medios levantarme de la cama para ir al estudio suponiendo que estaba solo. E intenté con todas mis ganas emitir el mínimo sonido o movimiento.

Pero mi cuerpo no reaccionaba, las voces lejanas que no podía relacionar con nadie, todo estaba oscuro. Tenía miedo, frío y me sentía solo.

Hace poco estaba con todos los que me suelen rodear y ahora solo me rodea una inmensa oscuridad, soledad y tenue brisa que me hacía sentir un cuerpo sin vida.

Pero si no estuviese vivo no llegaría a estos pensamientos, ¿no? No entendía nada y seguía con mis esfuerzos, en vano, por moverme y conseguir un rayo de luz, de sol que me diese calor.

De repente las voces aumentaron el volumen, aumentaron la cantidad de éstas, diferentes e irreconocibles por mi parte. Aumentaron los movimientos a mi alrededor, que aunque no veía sentía, los pasos y la intensidad de estos.

No sé si es ansiedad pero me agobia estar tan quieto, sin poder hacer ni decir nada.

No podía reaccionar cuando sentí varias manos sobre mi cuerpo, tampoco cuando me daban pequeños golpes en las mejillas, ni cuando abrí los ojos y lo primero que me encontré fue con mis padres hechos un paño de lágrimas, mi primo Sam, y Agoney igual. A este último, además de los ojos rojos por las lágrimas se le marcaban ojeras que daban a ver una gran falta de sueño.

Miré a mi alrededor y me encontré con cables y máquinas, con dos médicos y algo recordé.

-Mi niño—se abalanzó mi madre y la recibí con un abrazo débil por mi falta de fuerza—que es Navidad—rió contagiándome una risa que duró nada al no tener fuerzas.

-Señora, por favor, tenga cuidado aún está débil, acaba de salir de un coma tras un mes. Tardará en recuperar su vida cotidiana pero lo conseguirá, estamos seguros—me mandó una sonrisa sincera y yo estaba aún más desconcertado.

¿Un coma? ¿Durante un mes?

-Lo conseguirás, mi niño—no se separó de mi lado acariciando mi mano.

-Te quiero—me temblaba la voz pero conseguí emitir sonido y eso me quitaba un gran peso.

Un mes después.

Ha pasado un mes desde que salí del coma y he conseguido tras rehabilitación por la inmovilidad, charlas largas y tendidas sobre lo que había pasado, ubicarme.

Lo que me había pasado durante el coma era producto de mi imaginación almenos parte.

No he sacado ninguna canción, pero desde que me dieron el alta y volví a casa conseguí sacar lo de mi "sueño" y lo plasmé en una partitura.

Tampoco conozco a ningún Jaime que se sobrepasase conmigo, ni planeamos ningún viaje a Los Ángeles.

Pero sí que es cierto que Agoney ha sacado música al mercado, es más pronto empezará una gira que pasará por varias partes de España. Me encantaría acompañarle pero por mi estado lo veo difícil, aunque le he prometido que asistiría al concierto que tenía planeado en Barcelona.

Y algo que puede que en la vida que me había montado durante el coma me podía llegar a atormentar en esta vida, la real, no me importaba porque hacía tiempo que no vivía con ese peso, hacía tiempo que salí del armario, bueno quizá lo rompí, las puertas, los cajones y todo para que la última opción fuese volver, y si esa fuese una alternativa no aguantaría mucho tiempo porque estaría reventado, sin nada tras lo que ocultarme.

Nuestro Mayor Sueño - Ragoney.Where stories live. Discover now