Capítulo 2

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CEPEDA

Se había acabado. Ya era hora. Estaba harto de esa academia, harto de los profesores, harto de los compañeros, harto del jurado, harto del público, harto de tener que cantar cada semana para ellos, harto de todo.

Ese programa había sido la peor decisión que había tomado en mi vida, ahora si lo tenía claro, yo no servía para la música, debía centrarme de una vez y dejar de perseguir sueños que jamás se iban a cumplir. Lo peor es que lo había sacrificado todo, para perseguir, una vez más, ese sueño imposible.

Ese sueño me había provocado estar sin amigos, y ser una persona bastante odiada en mi ciudad, y en estos momentos también alrededor del país.

Tengo 28 años en estos momentos y puedo asegurar que 24 han estado ligados a la música. Siempre antepuse el intentar triunfar en ella a los amigos, a la familia e incluso al amor. Cada fracaso que sume en la persecución de este sueño era una coraza que había puesto en mi corazón hacia el exterior. No tenía relación con nadie, no tenía amigos con los que salir de fiesta, no tenia familia con la que reunirme en las fiestas, solamente me quedaba mi hermana, Miriam.

Miriam era la única persona que no se había separado de mí, y no era porque no le hubiera dado motivos, sino porque me quería mucho. Ella misma me dijo un día que si no me quisiera tanto ya me hubiera mandado a la mierda y la verdad no la culpo, esa generación de odio en los que me conocían por mi forma de ser era una cosa totalmente normal, ya había quedado claro con OT.

-Cepeda a las 17:00 sale tu Ave hacia Ourense, aquí tienes tus billetes, espero vaya todo bien y gracias por haber formado parte de esto, si en algún momento hacemos gira ya os avisaríamos como al resto de los compañeros. –dice una directiva del programa.

-No hace falta que me aviséis, lo que menos me apetece es hacer conciertos con 15 niñatos que no saben lo que es ganarse oportunidades a base de trabajo, que todas las oportunidades que han tenido se las han pagado sus papis. Así que si tenéis mi número, olvídalo.

Me levanto de la mesa dejando a la chica completamente alucinando, después de esos 3 meses dentro de la casa había explotado, había dicho lo que pensaba de mis compañeros y era verdad. La mayoría de los 15 concursantes tenían 20 años máximo, ese era uno de los motivos por los que me sentí desplazado, todos hicieron su grupito de veinteañeros y a mí me dejaron apartado, me llamaban cariñosamente abuelete, pero a mí esa broma no me hacía nada de gracia, hubiera abandonado la primera semana, pero la multa era inasumible económicamente para mi, así que tuve que aguantar y quedarme ahí dentro.

Eso era lo que más me jodia de esta industria, que cualquier crio que no tiene ni idea de esto y que se lo toma como un pasatiempo o porque quiere salir por la tele solo por tener una cara bonita y caer simpático o simpática, le hacen un disco con unos arreglillos en la voz, luego un playback bien montado en el directo y ya lo tienen, carrera musical regalada.

Cuando me siento en el Ave me siento observado, nadie se atreve a pedirme una foto. En parte era una situación normal, mi cara siempre mostraba enfado, me era muy difícil recordar la última vez que mis labios se movieron para formar una sonrisa, o la última vez que deje que el viento acariciara mis dientes. Intento no pensar mucho más en la gente que me rodea y me pongo los cascos, cerrando los ojos.

AITANA

Llevaba todo el día lloviendo de nuevo, Miriam me dijo que ya me acostumbraría a Galicia, pero igualmente me hubiera gustado que saliese un poco el sol para conocer mejor la ciudad.

De repente, mientras miro una película, suena el timbre. Miro el reloj, son las 19:00 de la tarde, quien podría ser, además me extrañaba que llamaran cuando yo encima no conocía a nadie en esa ciudad.

Una lluvia en mi bolsilloTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang