Capítulo 35

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AITANA

Seguro que todos habéis escuchado la expresión: "Se podía cortar la tensión con un cuchillo". Pues eso había en el ambiente, mucha tensión, silencio y respiración. 2 respiraciones que demostraban que ambos seguíamos vivos, aun permaneciendo inmóviles, en una misma posición desde hacia bastantes minutos y sin ninguna palabra para romper ese silencio.

El silencio a veces habla, y en ese momento por mi parte y por la de él creo que nos decía que ambos no sabíamos muy bien como iniciar esa conversación, por mi parte encima era un encuentro que ni en lo mas profundo de mi mente, en esa parte maquiavélica que todos tenemos, ni allí, se me había producido un pensamiento sobre que ese encuentro podría llegar a suceder. Así que agradecí que fuera él quien iniciase la conversación.

-Le pregunté a Marta si sabia donde estabas, me dijo que nos os hablabais pero que mas o menos tenia una ligera idea de donde podías estar, entonces te vi y te seguí hasta aquí. No te enfades con ella, fui yo quien le insistí.

- ¿Desde cuándo te hablas tu con Marta?

-Nos empezamos a seguir ambos en Instagram al poco de irme yo a Madrid, en cierta manera lo hice para saber como estabas y mas o menos cada mes le preguntaba por tu situación. Se que no te lo ha contado, porque yo le pedí que no lo hiciera, sabía que te enfadaría que te estuviera "vigilando". Pero gracias a estas conversaciones con ella se mas o menos como estas ahora.

La sensación de que él había estado pendiente de mi durante todo este tiempo no me disgustaba, me sorprendía, pero para nada me incomodaba, es mas si hubiera sabido que hablaba con Marta hubiera intentado saber como estaba él también, pero supongo que en mi ultimo año, yo no había estado pendiente de nadie, ni siquiera de mi mejor amiga. Por otra parte, me aterraba la ultima parte del comentario "se cómo estas ahora" ¿acaso Marta se lo había contado absolutamente todo? Pero de nuevo no fueron mis pensamientos los que salieron por mi boca, sino la parte oscura que me llevaba consumiendo hacía tiempo.

-No sabes una puta mierda de como estoy ahora.

Su cara fue de absoluta perplejidad al oírme hablar asi, pero intento seguir la conversación.

-Ósea, se porque te fuiste de Ourense, se lo de tu padre...se lo de que tuviste que dejar los estudios, lo de tu nuevo trabajo...Tranquila, no les he contado nada ni a Roí, ni Ana, ni Miriam...ellos se piensan que no se nada.

-Me da igual lo que piensen, igual que me da igual lo que pienses tu. Que vienes a salvarme, quieres que te de un abrazo y te diga gracias por preguntar por mi durante 1 año. Ah no claro me vas a decir ese trabajo es muy peligroso Aitana no debiste hacerlo, o que me vas a decir que con tu ayuda de mierda mi padre se curara del cáncer, vamos Luis dime que cojones me ibas a decir, para que cojones has venido.

De nuevo el silencio protagonizaba ese encuentro en el parque, solo se escuchaba mi respiración. Mientras veía como él se encendía un cigarro. Después de suspirar profundamente, intento de nuevo iniciar la conversación:

-No tenia pensado verte, por eso no quería venir a Barcelona, para evitar la tentación de tener este encuentro. Pero cuando Gala ayer me dijo que te había visto, me pudieron mas las ganas de encontrarme contigo que la razón que me decía que no.

-Le dije que no te lo contara...

-Ya sabes cómo son los niños...

-Lo sé, pero igualmente no deberías estar aquí.


CEPEDA

No me lo podía creer, la tenia delante, tenia ganas de besarla, de abrazarla. Había imaginado este reencuentro varias veces durante mi estancia en Madrid, pero algo había cambiado. No conseguía descifrarla, antes con solo mirarla a los ojos sabia que estaba pensando, que sentía, ahora todo era enigmático, estaba todo como escondido y su actitud hacia mi y hacia el exterior en general era completamente distinta.

-¿Todo esto es porque me fui? Porque te recuerdo que el principal motivo por el que me fui eres tu, que me convenciste para hacerlo.

-No eres el ombligo del mundo Luis. Y no se a con que te refieres a todo esto, pero todo estaría mejor si no nos hubiéramos vuelto a ver.

Me acerco y veo que ella me mira mientras lo hago sin levantarse, me acerco a su oreja y susurro:

-No te lo crees ni tu Aitana... -Creía que eso la pondría nerviosa o provocaría alguna reacción, pero al separarme sigo viendo un rostro frio e inexpresivo, como si estuviera tratando con una pared.

-Como te estoy diciendo...nada es como antes. Lo que paso entre nosotros paso, Ourense es pasado, yo estoy aquí y voy a seguir aquí. Tu volverás con tu hija a Ourense y este encuentro será ya el ultimo, punto y final. Es lo mejor para los dos.

-¿Y quién lo decide tu? Tu decides lo que es mejor para los 2 no. Igual que para salvar a tu padre decidiste que meterte a "camello" era lo mejor no, dime pensaste en lo que podían llegar a pensar si se enteran de donde venia el dinero que ganaba su hija.

Antes de poder reflexionar sobre lo que había dicho la mano de Aitana ya me había cruzado toda la mejilla, con el frio dolía más, pero no podía negar que seguramente me lo tenía merecido, aunque parecía que había conseguido la primera reacción en su rostro ya que una lagrima asomaba en su ojo, mientras me apuntaba amenazante con el dedo.

-No tienes ni puta idea de lo que he pasado yo, no tienes ningún derecho a decirme nada de esto, Marta no tenia derecho a contarte una mierda. Tu sabes lo que es ir a cada puta entrega de esas pensando que me van a pegar un tiro, pensando que puede venir la policía detenerme y mandarme a prisión, tu te piensas que yo me hubiese metido en esta mierda si no hubiese necesitado eso porque sino ahora mismo mi padre estaría enterrado. Tu sabes lo que es volver cada noche a mi casa y llegar rezando para seguir oyendo la respiración de mi padre, sufrir por si cada conversación será la última, no tienes ni puta idea, ni puta idea y encima vienes aquí a darme lecciones de que, a que has venido Luis, a esto, este es el reencuentro que querías un reencuentro para decirme lo maravilloso que ha sido tu viaje a Madrid mientras yo he tenido que llegar al limite de pedirle ayuda al hijo de puta de mi ex, eso ibas a hacer, esa era tu gran idea...

-Mi idea es que te quiero. -Ese comentario noté que le hizo acelerar la respiración, mientras su cara se desencajaba y las lagrimas caían con mas virulencia y sin previo aviso recibí otro bofetón.

-Ni se te ocurra volver a decirme eso, ni se te ocurra entendido.

-Es la verdad.

Otro bofetón.

-Que quieres que te mienta, no me sale, querías saber porque he venido pues porque sigo sintiendo cosas por ti.

-CALLA- nuevo bofetón.

-Puedes chillarme y pegarme las veces que quieras, puedes insultarme las veces que quieras, que seguiré diciendo lo mismo.

De nuevo un último bofetón se acercaba a mi mejilla ya roja, pero se detuvo cuando Aitana empezó a llorar desconsolada.

Una lluvia en mi bolsilloWhere stories live. Discover now