Capítulo 39

684 26 1
                                    


AITANA


Las 11 de la mañana, al mirar a mi lado en la cama veo que no esta mi compañera de sueño. Decido mirar por su armario y localizo un jersey de color verde que me cubre casi como un vestido, la verdad no era plan de volver a ponerse ese vestido negro de buena mañana. Mis ojos inspeccionaban esa habitación, una habitación que tenia un olor, que tenía una memoria, que transmitía la calidez necesaria para sentir que nada malo podría suceder allí dentro.

Al salir lo encuentro lavando los platos de espaldas. En la mesa unas tostadas al punto como me gustan a mí con un zumo de naranja hecho a mano, los que siempre me solía preparar, me hubiese encantado poder borrar todo lo sucedido en el ultimo año y que esa sensación que sentía ahora hubiese sido ya rutinaria.

-Buenos días – digo tomando asiento dispuesta a probar esas tostadas.

-Buenos días – se gira secando sus manos y pone cara de sorpresa- ¿oye eso de robarme ropa como lo llevas?

-Es culpa tuya por decirme que me tenía que quedar a dormir con Gala-sonrió- ¿que por cierto donde esta?

-Esta con Miriam, su chico y Raul mi sobrinito. Han venido a felicitar el año y se han llevado a Gala a pasear, mientras tu roncabas.

-Yo no ronco -pongo cara de enfadada

-No, claro que no – se ríe burlonamente.

Ya estaban volviendo los piques, esos estúpidos piques que en otra época hubieran terminado con un beso o una mordedura en su labio inferior, pero eso era pasado, ahora se terminaban con otro bocado en mi tostada.

-Por cierto, me mentiste.

Veo su cara de estupefacción.

-¿Cuando?

-No conoces a Marta, me lo conto ella, ni siquiera habéis hablado nada en el ultimo año.


CEPEDA


Sabía que esto podía pasar, la parte positiva es que no parecía enfadada, aunque claro nunca se podía estar confiado.

-Vale, si, te mentí, pero si no lo hubiera hecho no me hubieses querido escuchar.

-Eres un psicópata y no me lo quieres contar, verdad, me has estado siguiendo durante todo este año.

Me quedo en shock al ver su cara de seriedad, hasta que de repente se empieza a reír a carcajadas, incluso pegando palmas.

-Madre mía Luis, te tendrías que haber visto la cara.

-Tu eres idiota, pero idiota con ganas.

-Bueno va tonto, dime, ¿quién te hablo sobre mí?

-Le prometí que no te lo diría, si lo hago me mata.

-No voy a decir nada, va.

- ¿Prometido? -Asiente con la cabeza. -Tu amiga Ester, Ester Expósito.


ESTER


Que dolor...que pitido en la oreja... Al abrir los ojos veo una habitación extraña para mí, está claro que no es mi casa y que tampoco es alguna conocida. Al incorporarme noto que me duele mucho el hombro izquierdo. Mis pantalones y mi camiseta están un poco rotas y con suciedad y manchas rojas, no se si debe ser pintura o que, mirándome las manos veo que también tengo un poco en ellas.

Una lluvia en mi bolsilloWhere stories live. Discover now