Capítulo 13

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CEPEDA

-Respirarte...me da la vida-cuando llego al salón con la cerveza en la mano la veo mirando la composición que había realizado la noche en la que volví de Barcelona.

-No te ha enseñado nadie hermanita que las cosas ajenas no se tocan – digo quitándole la hoja de las manos, guardándola en la carpeta de nuevo y dándole la cerveza. Ambos nos vamos al sofá.

Miriam había venido para despedirse de mí. Ella se iba unos días a Vigo por motivos laborales y cuando volviera yo ya estaría camino de Madrid. Allí teníamos el segundo concierto de OT y luego teníamos 2 más en Tenerife y en Gran Canaria.

-No sabía que habías vuelto a componer, pensé que se te había acabado la inspiración...que ya no querías saber nada más de la música. Pero déjame decirte que es lo mejor que has escrito hermanito en años. Me encanta la letra-sonríe Miriam.

-Gracias-sonrió.

-Madre mía espérate que ha vuelto a componer y encima sonríe y todo. ¿Quién es la afortunada?-la fulmino con la mirada.- Hermanito que te conozco de hace muchos años y tu solo compones estas cosas cuando estas enamorado y esta vez creo que lo estas y mucho, porque ha quedado preciosa. –me guiña el ojo.

En parte Miriam tenía razón. Los 2 mejores temas que había compuesto, habían sido fruto de mis 2 últimas relaciones. La primera era "Mi musa" la había compuesto cuando salía con Irene. Era una canción que me pareció increíble, pero no quise volver a cantarla después de nuestra ruptura...y menos después de encontrármela en la cama con ese chico Ricky...la verdad me destrozo el corazón. Y la segunda la compuse para Sandra. Sandra fue mi última pareja, la última mujer de la que me enamore y le compuse una canción que se llamaba "Pídeme la vida", otra canción que no me apetecía nunca cantar, me entere que cada vez que se iba a trabajar a Madrid se veía con otro chico...ese fue el día en el que prometí no volverme a enamorar, en el que deje de creer en el amor. O eso creía.

-Miriam no digas bobadas puedo componer cosas para mucha gente...además esta letra podría hablar de ti perfectamente, de cómo me has apoyado cada vez que me caía al suelo. –una vez más decía palabras en voz alta para auto convencerme a mí mismo, pero en mi interior sabia para quien estaba escrita esta canción.

-La compusiste justo al volver de Barcelona, y la persona a la que describes ahí, que tiene luz...que tiene una gran risa y sobretodo sus niñerías...yo de niña no tengo nada hermanito, eso lo tiene la que viajo contigo a Barcelona, la que ha hecho que mi hermano pegue un cambio en menos de 2 semanas que no es normal...mírate Cepi por favor si es que sonríes y todo...tu sonriendo...que cuando pronuncio su nombre o la ves se te queda una cara de bobo que no es normal. Puedes engañarte a ti o algún desconocido...pero a tu hermana que lleva 22 años aguantándote no la engañas.

-Miriam...no es lo que parece...

-Es lo que parece...Te gusta Aitana y en el fondo lo sabes hermanito que te estás pillando de ella.

La miro sorprendido por su afirmación. Pero no me sale negárselo...tengo ganas de hacerlo pero no lo hago. Y entonces decido que no debo engañarme...que ya está bien de mentirme a mí mismo...está claro que me gusta. Está claro que la forma de ser de ella me ha cautivado y me ha enamorado. Pero esta igual de claro que lo nuestro es imposible. Soy su amigo, y le saco 10 años y con eso me tendré que conformar en ser un buen amigo y quererla en silencio.

Este pensamiento se ve interrumpido por el sonido de mi móvil. Miro la notificación y sonrió al ver su mensaje:

"Luisito a las 22:00 cena en mi casa, no hace falta que traigas nada, todo lo tengo preparado"

-Hermanito te seco la baba? Porque vaya cara bobo se te ha quedado mirando el móvil-al alzar la mirada veo a Miriam riéndose a carcajadas de mí, pero no puedo evitar reírme...noto que algo está cambiando en mi interior...y todo es por ella.

AITANA

Estaba muy nerviosa. Llevaba 3 días planeando esta cena y escondiéndole lo que tenía planeado. El miedo flotaba en el ambiente. Era normal tenerlo, nos habíamos acercado más a raíz del viaje a Barcelona...nos conocimos mas...y la verdad no tenía nada que ver nuestro trato ahora con el que teníamos el primer día, pero eso también provocaba que lo conociese...y sabia que esta intromisión en su vida precisamente no le iba a hacer gracia.

Todo surgió cuando Ana y yo hablamos durante una tarde sobre cómo me había ido por Barcelona. No tenía la suficiente confianza con ella para abrirme como si me había ocurrido con Luis, así que obvie los detalles de ese encontronazo pero si le conté lo bien que se había comportado conmigo y también que me conto cosas de su vida, aunque me pareció correcto también no contarle a Ana que cosas me había dicho. Al fin y al cabo, eran cosas privadas de Luis y el hecho de que confiara en mi no me permitía ir contándolo a todo el mundo.

Suena el timbre de casa, y los primeros en llegar son Miriam y Ana. Ellas vienen un poco más temprano para ayudarme a preparar la mesa.

Justo a las 22 puntual, llega él. Cuando abro lo encuentro con una amplia sonrisa. Por primera vez lo veía con una camisa blanca que le sentaba increíble. Siempre le había visto con camisetas básicas exceptuando el concierto o alguna gala de OT y el hecho de tenerlo delante de mí con una camisa me ponía muy nerviosa, tanto que ni articule palabra.

-¿Puedo pasar?-dice riéndose.

-Si...si...claro Luis – digo devolviéndole la sonrisa y cerrando la puerta.

Veo que se queda mirándome parado justo delante de mí. Me mira directamente a los ojos sin que la sonrisa se vaya del rostro, es la primera vez que lo veo tan contento.

-¿Ya ni 2 besos me das?

-Ay...Luis eres un tonto...-digo riéndome y acercándome a darle 2 besos...Luego nos fundimos en un abrazo y él me da unos cuantos más en mi cabeza.

-Vaya vaya...mi hermanito con camisa...Aitana hija te tendré que dar las gracias por haberte mudado consigues que sonría...que se ponga arreglado...vamos lo que no ha conseguido nadie en 6 años tu lo has hecho en 2 semanas.

Estaba súper roja...Miriam era una persona que no se callaba nunca pero en ese momento querría que la tierra me tragara...No podía ni creer que Luis se hubiera arreglado así solo por venir a cenar conmigo...Creo que él estaba igual que yo, porque cuando lo mire mezclaba sorpresa y vergüenza.

-Jolín Cepi...-dice Miriam al ver que no respondemos-que soy tu hermana ni me saludas ni nada y a ella 2 besos que si abrazos...me pondré celosa eh

-Es que a ti ya te he visto hace nada...y no sabía que venias-sonríe aunque un poco menos...noto que mucha gracia no le ha hecho que Miriam este ahí...miedo me da cuando vea a los demás...

Estamos los 3 hablando en medio del hall, Ana espera en la cocina paciente, hasta que se decide a salir. Para ella también era difícil ese reencuentro, habían pasado muchos años. La cara de Luis al verla era de absoluta sorpresa...vi que me miraba como buscando explicaciones...pero no le quise responder...no me salían las palabras para hacerlo...lo que si me tranquilizo es no ver ningún atisbo de rabia en su cara...todo era desconcierto y sorpresa.

-Hola Cep...-dice la canaria seria...Sabía que por la cabeza de Ana ahora estaban pasando miles de cosas.

-Hola Ana...-veo como Luis traga saliva...esta incomodo y es normal. Me estoy pensando si seguir con esto...tengo miedo a su posible reacción...pero antes de que pueda seguir pensando el timbre suena...Ando lentamente hacia la puerta y la abro...Al mirar al interior la sonrisa del invitado desaparece y su rostro se vuelve serio...igual que el de Luis. Ambos no se quitan la mirada de encima, la tensión prácticamente se podría cortar con un cuchillo. Ana, Miriam y yo nos miramos....no sabemos qué hacer...ni él invitado entra...ni Luis se mueve. Se miran sin pestañear...sin articular ningún sonido. Finalmente, es el invitado el que toma la iniciativa:

-Cepeda.

Luis se lo queda mirando...veo pánico en la mirada de Miriam...pánico que se transforma en alivio al oír la palabra que sale de la boca de su hermano:

-Roi.

Una lluvia en mi bolsilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora