𝙟𝙖𝙢𝙚𝙨 𝙥𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧

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(editado)

—¿Tienes nombre o puedo llamarte mía? —preguntó James en mi oído mientras el aliento a alcohol sofocaba mis fosas nasales.

—Por Merlín, ¿En qué momento se pusieron así? —Miré a mi alrededor y todos mis amigos estaban ebrios. Sirius se estaba liando con una chica mientras que Remus se caía al suelo de lo mareado que estaba. Peter estaba encima de una mesa cantando y bailando—. Nos meteremos en problemas, James. 

Intenté controlarlo. No podría sola.

Habíamos decidido escaparnos usando los pasadizos secretos para llegar a Hogsmeade y pasar la noche allí, cuando el sol comenzara a salir volveríamos a Hogwarts, pero no estaba en mis planes que se pusieran ebrios.

Algunas chicas se tiraban encima de James que se espantaron cuando les puse mi peor cara de ira. De un momento a otro, Sirius se encontraba acompañando a Peter en la mesa y se sacaba su remera siendo un completo striper,

—Acompáñanos, Cornamenta. ¡Esto es genial! —gritó Sirius mientras bebía un trago de tequila.

Quise parar a James, pero cuando me di vuelta él ya no estaba conmigo. Miré nuevamente a Sirius y Peter. Alguien más se había unido con ellos.

—Mierda —susurré mientras James acomodaba sus anteojos y bailaba junto a sus amigos. 

Todas las chicas bajo ellos gritaban enloquecidas. Busqué a Remus que entablaba una entretenida conversación.

—¿Entonces eres un hombre lobo? —preguntó la muchacha con gran escote. 

Remus asintió, pero de inmediato lo alejé de ahí.

—¡Eh! Quiero seguir hablando con mi amiga —dijo molesto.

—Remus, eres el más responsable, ¿Qué te hicieron? —pregunté aunque fue más para mí que para él.

—Me hicieron beber. 

—No me digas —dije sarcástica. Senté a Lunático en una silla y le alcancé un poco de agua—. Necesito que te despabiles un poco y me ayudes a llevar a los chicos otra vez al castillo. Si llegan a enterarse van a suspendernos. 

Y tal vez eso hizo que Remus comenzara a preocuparse un poco. Tomó toda la botella de agua y se fue rápido al baño. Suspiré. Miré nuevamente hacia la mesa, pero los chicos ya no estaban allí.

—¿Bailamos? —preguntó Peter—. Mira no entiendo nada de qué está pasando, pero sé que no la estás pasando bien.

Y no tuve más remedio que bailar con mi amigo aunque miraba para todos lados buscando a mi novio y a Sirius. De un momento a otro dos chicos se cayeron al lado mío.

—James, cuidado. —Intenté ayudar a mi novio mientras Peter levantaba a Sirius—. Nos vamos al colegio, ahora.

Durante el camino de vuelta por los pasadizos Sirius chillaba que había querido pasar más tiempo allí y que era una amargada. James buscaba cada momento para darme un beso y tranquilizarme. Peter se reía de todo y Remus, un poco mejor, intentaba caminar sin caerse. Llegamos a la Sala Común y el corazón de todos se paralizó. La profesora McGonagall se encontraba frente al retrato con su mirada desafiante y llena de enfado.

—¿Dónde han estado? —preguntó sin levantar la voz, pero con mucha seriedad—. ¿Han estado bebiendo? —preguntó indignada al ver como intentaba sostener a James y los demás intentaban mantenerse parados.

—Profesora...

—Lupin, era del que menos me esperaba algo así. —La cara de mi amigo demostró vergüenza—. Y tú, Benson, ¿Cómo dejaste que se vayan así?

—Hazel nos ha traído hasta aquí.

—No hables, Potter. Se siente el olor a alcohol desde aquí. —Intenté sentar a James en el sofá junto a la chimenea—. Me siento completamente decepcionada de ustedes. Cincuenta puntos menos, cada uno.

—¿Qué? No, profesora...

—Benson, si no quieres que te descuente más no intentes defenderlos. —Me quedé callada mientras miraba a mis amigos y a McGonagall—. Mañana por la mañana les daré sus castigos. Ahora dense un baño y váyanse a dormir de inmediato. No me hagan perder más tiempo.

Cuando la profesora desapareció por el retrato todos los chicos lograron respirar bien. Se tiraron sobre los sofás y comenzaron a desnudarse.

—¿Pueden hacerlo en sus habitaciones? Gracias —dije molesta. 

Por su culpa nos habían sacado doscientos cincuenta puntos además de estar castigados.

—Me duele mucho la cabeza —dijo Sirius sacándose la chaqueta—. ¿Y mi remera?

—Se la regalaste a una muchacha de por ahí. —Intentaba ayudar a James a desvestirse, pero era imposible. Se dormía—. Amor, necesito que colabores.

—Creo que iré a la enfermería. El dolor de cabeza me está matando.

Remus salió por el retrato.

—Espera —dijo Sirius y junto a Peter lo acompañaron.

—¿Crees que me veo hermoso? Porque soy hermoso, el chico más genial de todo el colegio —preguntó James sonriéndome. 

Comencé a reír.

—Eres hermoso, pero debes controlarte.

—Un poco de diversión no le hace mal a nadie.

—No, lo sé. Pero gracias a divertirnos unas horas ahora tendremos que soportar que todos nos miren mal por descontar tantos puntos y que todos terminen en la enfermería —Por fin había logrado sacarle la remera a James. Él me agarró de la cintura e hizo que me sentara arriba de él, con mis piernas a cada lado de su cintura.

—Cierra tu boca y bésame. —Le di un suave y rápido beso en los labios—. Mm, no fue lo suficientemente exitante.

—¡James! No tendremos relaciones aquí —exclamé sonrojada—. Podrían vernos.

—¿Qué más da? Unos puntos menos, unos castigos más, nada de otro mundo.

—No. Estas ebrio y diciendo locuras. Mañana veremos. 

Le di un corto beso en los labios y lo ayudé a levantarse para subir las escaleras.

—¿Puedes dormir conmigo? —preguntó haciendo puchero.

—James...

—¿Sabes qué? Déjalo, iré a llamar a Lily, seguro ella querrá. 

Se soltó de mi agarre y quiso ir hacia el sector de las chicas, pero lo detuve de inmediato.

—Bien, bien. Dormiré contigo.

La sonrisa de victoria de mi novio apareció en su rostro.

—Siempre gano.

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora