🦌Giratiempo

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—Asombroso. Verdaderamente asombroso. Fue un milagro que quedaran todos con vida. No he oído nunca nada parecido. Menos mal que se encontraba usted allí, Snape... 

—Gracias, señor ministro. 

—Orden de Merlín, de segunda clase, diría yo. ¡Primera, si estuviese en mi mano! 

—Muchísimas gracias, señor ministro. 

—Tiene ahí una herida bastante fea. Supongo que fue Black. 

—En realidad fueron los Potter; Weasley y Granger, señor ministro. 

—¡No! 

—Black los había encantado. Me di cuenta enseguida. A juzgar por su comportamiento, debió de ser un hechizo para confundir. Me parece que creían que existía una posibilidad de que fuera inocente. No eran responsables de lo que hacían. Por otro lado, su intromisión pudo haber permitido que Black escapara... Obviamente, creyeron que podían atrapar a Black ellos solos. Han salido impunes en tantas ocasiones anteriores que me temo que se les ha subido a la cabeza... Y naturalmente, el director ha consentido siempre que los Potter gocen de una libertad excesiva. 

—Bien, Snape. ¿Sabe? Todos hacemos un poco la vista gorda en lo que se refiere a los hermanos Potter. 

—Ya. Pero ¿es bueno para ellos que se le conceda un trato tan especial? Personalmente, intento tratarlos como a cualquier otro. Y cualquier otro sería expulsado, al menos temporalmente, por exponer a sus amigos a un peligro semejante. Fíjese, señor ministro: contra todas las normas del colegio...después de todas las precauciones que se han tomado para protegerlos... Fuera de los límites permitidos, en plena noche, en compañía de un licántropo y un asesino... y tengo indicios de que también han visitado Hogsmeade, pese a la prohibición. 

—Bien, bien..., ya veremos, Snape. Han sido traviesos, sin duda. Lo que más me sorprende es el comportamiento de los dementores... ¿Realmente no sospecha qué pudo ser lo que los hizo retroceder; Snape? 

—No, señor ministro. Cuando llegué, volvían a sus posiciones, en las entradas. 

—Extraordinario. Y sin embargo, Black, Harry, Emily y la chica... 

—Todos estaban inconscientes cuando llegué allí. Até y amordacé a Black, hice aparecer por arte de magia unas camillas y los traje a todos al castillo.   






 Harry se había incorporado, se ponía las gafas y cogió su varita. 

—Tengo que ver al director —explicó. 

—Potter —dijo con dulzura la señora Pomfrey—, todo se ha solucionado. Han cogido a Black. Lo han encerrado arriba. Los dementores le darán el Beso en cualquier momento. 

—¿QUÉ? 

Harry saltó de la cama. Hermione y Emily hicieron lo mismo. Pero su grito se había oído en el pasillo de fuera. Un segundo después, entraron en la enfermería Cornelius Fudge y Snape. 

—¿Qué es esto, Harry? —preguntó Fudge, con aspecto agitado—. Tendrías que estar en la cama... ¿Ha tomado chocolate? —le preguntó nervioso a la señora Pomfrey.







 Volvió a abrirse la puerta. Era Dumbledore. Harry tragó con dificultad el trozo de chocolate y volvió a levantarse. 

—Profesor Dumbledore, Sirius Black... 

—¡Por Dios santo! ¿Es esto una enfermería o qué? Señor director; he de insistir en que... 

—Te pido mil perdones, Poppy, pero necesito cambiar unas palabras con los hermanos Potter y la señorita Granger. He estado hablando con Sirius Black. 

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora