Un frío matador recorría el cuerpo de Isaura a pesar de haber estado rodeada de un fuego negro segundos antes. Miraba a sus compañeros entre nerviosa y asustada. No podía terminar de comprender qué había ocurrido. Todo parecía haberse consumido en tan solo minutos. Todo lo que ella creía seguro ya no lo era.
Jacob y Nagini lloraban desconsolados en la oscura noche, mientras que, por primera vez en la vida, los hermanos Scamander se abrazaban con fuerza debido al dolor que los destruía.
Leta había muerto.
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—Ya he elegido mi bando —susurró Newt mientras se soltaba de Theseus.
El hermano mayor, que intentaba reprimir algunas lágrimas, miró a Isaura con unos ojos desesperados, llenos de miedo. A pesar de todo, ella había logrado sobrevivir y la tenía allí, paralizada, sin poder reaccionar a absolutamente nada, pero con su corazón latiendo a mil por segundo, creyendo que podía explotar en cualquier momento.
Newt, siguiendo la mirada de su hermano, hizo lo que Theseus no se animaba a hacer. Se acercó a su amiga e intentó comprobar primero su estado físico, pero no reconoció ninguna lesión a simple vista, aunque sabía que aquella situación sería difícil de superar.
—¿Estás bien? —logró preguntar Newt mientras la tomaba entre sus brazos.
Ella asintió y apretó con fuerza a su amigo. Newt aceptó el abrazo, pero no pudo evitar mirar de reojo a su hermano que parecía devastado mirando aquella escena. No sólo porque él podía abrazarla sin vergüenza, sino porque Isaura se sentía tan segura en sus brazos que Theseus no pudo recriminar nada. Lo único que quería en ese momento era que ella estuviera bien.
—Tuve tanto miedo —murmuró Isaura en el oído de Newt, sintiendo como unas cuantas lágrimas se desprendían de sus ojos.—. Tanto miedo a perderlos.
Newt no pudo pasar desapercibida aquella afirmación y sintió que en algún momento todo debía solucionarse.
El ambiente, a pesar de tener la chimenea encendida, estaba helado. Ninguno de los dos pronunciaba palabra. No había nada que pudieran decirse, ningún consuelo era suficiente para aquella situación tan devastadora. No existía sonido que pudiera calmarlos, no había corazones lo suficientemente valientes como para afrontar aquello sin tanto dolor.
Isaura había preparado una jarra de té para poder estar a sola unos minutos. Necesitaba pensar y no ver Theseus tan desarmado porque aquello la hacía sentirse peor.
Newt había creído necesario que ambos pasaran la noche juntos para que pudieran protegerse. No se vislumbraba una amenaza pronta, pero el menor de los Scamander sabía que aquello sería mejor para ambos. Isaura necesitaba compañía y en aquellas condiciones lo mejor que podía ocurrir era estar acompañada de un auror y quién mejor que Theseus, quien daría su vida para protegerla. Ninguno opuso resistencia. No era momento para peleas, por lo que aceptaron sin dudar la orden de Newt.
