💎Trol en las mazmorras

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—¿Qué tenemos hoy? —preguntó Harry a Ron, mientras echaba azúcar en sus cereales.

—Pociones Dobles con los de Slytherin —respondió Ron—. Snape es el Jefe de la Casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos... Ahora veremos si es verdad.

—Ojalá McGonagall nos favoreciera a nosotros —dijo Harry—. ¿Has visto a Emily? —le preguntó mientras alzaba la vista para encontrarla por el Gran Comedor.

—Hoy a la mañana estaba hablando con mis hermanos... ¿Emily se mete en líos?... Digo, mis hermanos no son el mejor ejemplo de alumnos, tienen a mi madre loca.

Harry no sabía qué responderle. Emily no era una chica mala, pero sí se metía en problemas de vez en cuando, como cuando le pellizco a un niño en el instituto porque le había robado la comida a su hermano o cuando se trepaba a un árbol para no acudir a las clases, ¡Y no olvidar cuando, sin saber cómo, le prendió fuego el juguete favorito de Dudley y como castigo se pasó días sin comer, aunque Harry guardaba un poco de pan en sus bolsillos para después dárselo.

—Bueno, es una chica que le gusta la adrenalina —logró responder.

—Entonces se llevará increíble con mis hermanos.

Justo en aquel momento llegó el correo. Harry ya se había acostumbrado, pero la primera mañana se impresionó un poco cuando unas cien lechuzas entraron súbitamente en el Gran Comedor durante el desayuno, volando sobre las mesas hasta encontrar a sus dueños, para dejarles caer encima cartas y paquetes.

Hedwig no le había llevado nada hasta aquel día. Algunas veces volaba para mordisquearle una oreja y conseguir una tostada, antes de volver a dormir en la lechucería, con las otras lechuzas del colegio. Sin embargo, aquella mañana pasó volando entre la mermelada y la azucarera y dejó caer un sobre en el plato de Harry. Este lo abrió de inmediato.

Queridos Harry y Emily.

Sé que tienen las tardes del viernes libres, así que ¿Les gustaría venir a tomar una taza de té conmigo, a eso de las tres? Quiero que me cuenten todo lo de su primera semana. Envíenme la respuesta con Hedwig. 

Hagrid

Harry cogió prestada la pluma de Ron y contestó: «Sí, gracias, nos veremos más tarde», en la parte de atrás de la nota, y la envió con Hedwig.





Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se detuvo ante el nombre de los Potter.

—Ah, sí —murmuró—. Harry y Emily Potter. Nuestras nuevas... celebridades.

Draco Malfoy y sus amigos Crabbe y Goyle rieron tapándose la boca. Snape terminó de pasar lista y miró a la clase. Sus ojos eran tan negros como los de Hagrid, pero no tenían nada de su calidez. Eran fríos y vacíos y hacían pensar en túneles oscuros.

—Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones —comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Como la profesora McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo—. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudarán que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora