🐦Marlene

1.3K 67 1
                                    

—Mira lo que nos ha traído Dung —dijo George mostrándole a Harry una mano llena de unas cosas negras que parecían vainas resecas. Emitían un ruidito vibrante pese a estar completamente quietas—. Son semillas de tentácula venenosa. Las necesitamos para los Surtidos Saltaclases, pero son una Sustancia No Comerciable de Clase C, y por eso nos ha costado un poco conseguirlas.

—¿Cuánto dices, Dung? ¿Diez galeones el lote? —preguntó Fred.

—Ya sabes los problemas que he tenido para hacerme con ellas —respondió Mundungus abriendo aún más los caídos y enrojecidos ojos—. Lo siento, muchachos, pero no puedo bajar de veinte.

—A Dung le encanta bromear —le dijo Fred a Harry.

—Sí, hasta ahora su mejor chiste fue pedirnos seis sickles por una bolsa de púas de knarl —añadió Emily.

—Tengan cuidado —les advirtió Harry con disimulo.

—¿Qué pasa? —inquirió Fred—. ¡Ah, no te preocupes! Mamá está muy ocupada arrullando al prefecto Ron.

—Pero Moody podría estar vigilando —señaló Harry. Mundungus, nervioso, giró la cabeza.

—Es verdad —gruñó—. Está bien, chicos, se las dejo por diez si se la llevan ahora mismo.

—¡Gracias, Harry!—-exclamó Fred con gran alegría cuando Mundungus vació sus bolsillos en las manos de los gemelos y se escabulló hacia donde estaba la comida—. Será mejor que las subamos a la habitación...

—Vayan ustedes, iré a comer algo —dijo Emily.

Harry vio cómo se marchaban y se quedó un tanto preocupado. Se le acababa de ocurrir que el señor y la señora Weasley querrían saber cómo financiaban Fred y George su negocio de artículos de broma cuando por fin lo descubrieran, lo cual acabaría pasando tarde o temprano. En su momento había resultado muy sencillo entregar a los gemelos el premio en metálico del Torneo de los tres magos, pero ¿y si eso acababa provocando otra pelea familiar y una crisis parecida a la que había causado Percy? ¿Seguiría considerando la señora Weasley a Harry como un hijo si se enteraba de que él había contribuido a que Fred y George empezaran una carrera que ella consideraba inadecuada?

Se quedó plantado donde lo habían dejado los gemelos, sin otra compañía que el peso de su sentimiento de culpa en el fondo del estómago y su hemana, y entonces oyó que alguien pronunciaba su nombre. La profunda voz de Kingsley Shacklebolt se oía incluso en medio de todo aquel alboroto.

—¿... por qué Dumbledore no ha nombrado prefectos a los Potter? —preguntaba Kingsley. Emily rió.

—¿Te imaginas que hubiéramos sido prefectos? Descontrol asegurada —dijo Emily susurrando.

—Debe de tener sus razones —respondió Lupin.

—Pero así les habría demostrado que confía en ellos. Es lo que habría hecho yo —insistió Kingsley—, sobre todo ahora que El Profeta se mete con ellos sin parar.

Harry no se dio la vuelta; no quería que Lupin y Kingsley supieran que los había oído. Pese a que no tenía ni pizca de hambre, siguió el ejemplo de su hermana y se dirigió hacia la mesa. El placer que había empezado a encontrar en la fiesta se había evaporado con la misma rapidez con que había llegado; le habría gustado estar arriba, en la cama.

Ojoloco Moody olfateaba un muslo de pollo con lo que le quedaba de nariz; evidentemente, no detectó ni rastro de veneno, porque le asestó un mordisco y arrancó un buen trozo de carne.

—...el mango es de roble español, con barniz antiembrujos y control de vibración incorporado... —le decía Ron a Tonks.

La señora Weasley bostezó sin disimulo.

harry potter || one shots y fragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora