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-Vamos Minha, acompáñame - Yunho está frente a mí, casi suplicándome de rodillas que lo acompañe hacia las canchas de baloncesto. La cuestión es que quiere unirse al equipo del instituto, puesto que en nuestro anterior instituto también solía jugar en el equipo de baloncesto, pero yo me niego a ir por la cantidad de tarea atrasada que tengo por hacer.

-Yunho, tengo muchas cosas que hacer, aún debo terminar las tareas que debemos entregar mañana.

-Por favor, pormeto que será rápido -junta sus manos y me mira haciendo pucheros a la par que se arrodilla, así que lo miro desde arriba.

Ah, qué adorable, ¿cómo podría decirle que no?.

-Me ayudarás a hacer mis tareas -suelto en un suspiro, ya rendida.

-Hecho -sonríe ampliamente para levantarse y sacudir sus rodillas que se ensuciaron un poco, y me hala para luego salir corriendo, realmente no entiendo cuál es la prisa. Ni que las canchas estuvieran al otro lado de la ciudad.

Ruedo los ojos.

Al llegar a la cancha notamos que ya hay varios chicos y el entrenador se encuentra frente a ellos dando algunas indicaciones. Yunho me pide que me siente en las gradas mientras él va con ellos.

Yo nunca he sido amante de los deportes, de hecho, soy pésima en casi todos, menos voleibol -gracias a mi madre que ama dicho deporte-, así que he crecido practicándolo, al principio lo odiaba, sí, pero terminé agarrándole cariño al pasar los años. Sin embargo, eso no quita el hecho que sigan sin gustarme los deportes.

Para cuando me doy cuenta los chicos están realizando una especie de evaluación -que para mí no es más que una partida de baloncesto común-, busco con la mirada a Yunho que se encuentra tratando de quitarle el balón a otro chico, éste último llama mi atención por lo cual lo observo detenidamente, está sudando exageradamente pero aún así consigue verse guapo, demasiado diría yo.

El resto del partido trato de ver a los demás jugadores pero aún así no consigo apartar la vista del otro chico, cada que intento siquiera prestar atención al partido me encuentro mirándolo nuevamente. El chico juega muy bien a mi parecer, es bastante ágil con el balón y rápido, además que logra encestar casi siempre. El partido termina tranquilamente y el entrenador les dice que esperen unos 15 minutos antes de darles los resultados definitivos, en ese tiempo aprovechan para descansar y tomar algo de agua.

Yunho, por su lado, viene hacia a mí emocionado, para preguntarme si me había gustado.

-Sí, bastante -miento para no decirle que en realidad no le he prestado atención ni al partido ni a él.

-Espero quedar en el equipo -suelta un gran suspiro a la vez que toma asiento a mi lado, le tiendo la botella de agua y un pañuelo para que se refresque un poco.

-Eres un gran jugador, ya verás que sí entras -le animo, dándole una calida sonrisa que al instante él me devuelve y se empina la botella de agua.

-Amigo, juegas increíble -tras él aparece un chico más bajo y con la piel algo bronceada, justo el chico que se llevó toda mi atención durante el juego. Quedo embobada al observar al chico que tengo enfrente pues sin duda alguna es bastante guapo, él mira a Yunho mientras está secándose el sudor de la frente con un pañuelo-. Es muy probable que quedes en el equipo.

-¿De verdad lo crees? -pregunta Yunho esperanzado, incluso puedo notar como le brillan los ojos. El chico asiente.

-Totalmente -dice con una sonrisa y yo suspiro al ver ésta, el chico me mira y yo me sonrojo avergonzada porque me atrapara observándolo-. Soy Wooyoung, un placer -sonríe nuevamente y yo le devuelvo la sonrisa, me tiende la mano pero antes de tomarla Yunho lo hace por mi, en un acto sobreprotector.

-Yo soy Yunho y ella es mi prima Minha -entonces se dan un leve apretón y luego Wooyoung suelta su mano para tendérmela nuevamente, ésta vez la tomo antes que a Yunho se le ocurra darle algún manotón y le digo que es un placer.

Ellos charlan un rato sobre el partido hasta que el entrenador los llama al centro de la cancha, Wooyoung se coloca a su lado y los demás se colocan en fila frente a ellos, uno de los chicos pregunta porqué Wooyoung no está de ese lado con ellos y el entrenador le explica que ya es parte del equipo y que sólo estaba ahí para ayudarle con la prueba, luego comienza a nombrar a aquellos que entraron al equipo y sonrío al escuchar el nombre de Yunho.

-Todos aquellos que no lograron entrar les recomiendo que practiquen más y vengan para el año que sigue -dice el entrenador por último y algunos chicos gritan de alegría a la vez que otros se van decepcionados por no haber entrado.

Corro hacia mi primo contenta para felicitarle pero, con lo torpe que soy, trastabillo y pierdo el equilibrio, cierro los ojos para esperar el impacto que nunca llega y, como si de un cliché se tratase, siento unos brazos sostenerme firmemente y una fragancia varonil se cuela en mis fosas nasales.

-Ten cuidado -la voz es profunda y, al abrir los ojos, me encuentro con unos orbes cafés mirarme fijamente con el ceño fruncido. Me suelta rápidamente y, sin decir algo más, se va.

Dejándome confundida y sin poder darle las gracias.


(...)

Editado.

don't be a fool ; kang yeosang (ateez)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant