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«Kang Yeosang»

Tal vez me tachen de cursi, pero despertar junto a Minha, con nuestros cuerpos desnudos, aferrados el uno al otro, es una sensación indescriptible. Aún teniendo la unión de nuestros cuerpos, piel con piel, no tengo ningún pensamiento obsceno y, aunque hace unas horas atrás estábamos compartiendo intimidad, la verdad es que, para mí, el despertar de ésta manera es mucho más íntimo.

¿A ésto se refería mi madre con respecto a estar enamorado?

Mi madre era una fiel creyente del amor, ella siempre demostró amor hacia sus seres queridos sin esperar lo mismo y, sobretodo, sin temor alguno a ser rechazada, esa es una de las tantas cosas por las que yo le admiraba.

Aunque no lo entiendo, siempre creyó que debía amar a los demás y eso hizo hasta el último día pero, se olvidó de alguien igual de importante.

Ella olvidó amarse a sí misma.

Recuerdo que —cuando tenía unos 10 años, tal vez— le había preguntado qué era el amor y qué se sentía estar enamorado, su respuesta fue simple.

«Es algo inexplicable, aveces duele y otras veces asusta, pero la verdad es que es el sentimiento más hermoso que existe. Que yo te lo explique no tiene caso, no me entenderás pero, cuando llegue el momento y la persona indicada, lo sabrás»

Por supuesto que mi yo de diez años no lo entendió y tampoco quedó del todo complacido con esa respuesta, pero eso fue lo único que pudo decirme en ese entonces, tal vez, si aún estuviera viva me ayudaría a aclarar mis dudas...

Aunque creo que esa respuesta que me dió comienza a cobrar sentido ahora.

Centro mi atención en Minha al sentirla removerse y no evito observar su rostro, luce tan relajada y tranquila que me invita a estarlo también así que no tardo en apretarla más contra mí y cerrar los ojos, aspirando el aroma de su cabello.

¿Qué me haz hecho, Jeong Minha?

Vuelvo a sentir que se remueve, aunque parece estarse quejando en voz baja. Abro mis ojos y la observo nuevamente, ésta vez en busca de algo que la esté incomodando, la veo fruncir el ceño para luego darme una patada que termina empujándome fuera de la cama. Abro mis ojos a más no poder y rápidamente me siento en el piso quejándome un poco por el dolor en mi espalda baja.

La veo sentarse de golpe en la cama y taparse el cuerpo lo más que puede con las cobijas mientras me da una mirada alarmada.

—¿¡Qué sucede contigo!?

Parpadeo incontables veces, totalmente confundido con su actuar tan de repente. ¿Será a causa de alguna pesadilla?

—¿Qué...? —murmuro todavía confundido.

—¡Eso! —me señala y yo frunzo aún más el ceño. ¿Acaso se volvió loca?

—Pero de qué estás hablan— Por supuesto, no me deja terminar ya que me ha estampado una almohada en la cara.

—¡Tu cosa, Yeosang! ¡Agh, tan sólo tápate ya!

Entonces lo entiendo.

No evito soltar una gran carcajada que hace que ponga los ojos en blanco.

—Cariño, ésto es un empalme mañanero, entérate que ahora mismo no me siento ni un poco cachondo —no evito reír aún más cuando la veo sonrojarse con fuerza y taparse el rostro con ambas manos.

—¡Cúbrete!

  Vuelvo a reírme con fuerza para luego cubrirme con la almohada que, segundos antes, me lanzó.

don't be a fool ; kang yeosang (ateez)Where stories live. Discover now