09

6K 659 191
                                    

Ya era miércoles, hoy comienzan mis tutorías con Yeosang y por alguna razón me hallo un tanto nerviosa.

Ese día fue muy incómodo para ambos, yo fui quién bajó del bus primero y me despedí con una leve reverencia mientras él me susurraba un "nos vemos luego". Durante el martes no me lo topé en todo el día, puede que sea porque estuve muy ocupada o porque simplemente no quería verlo e inconscientemente lo evitaba, sin embargo, alguien a quien quería ver me invitó a comer juntos en el almuerzo y fue casi imposible negarme, menos cuando comería sola puesto que Yunho no había venido.

—¡Fue todo un desastre! —termino de contar y escucho su sonora risa, no evito reír también, después de todo oírlo reír era como música para mis oídos.

—Tienes una sonrisa muy bonita —dice Wooyoung repentinamente y siento mis mejillas encenderse ferozmente, el ríe por tal acción—. ¿Lo sabías?

—Tú siempre me lo estás recordando —digo y conecto mi mirada con la suya. En sus ojos veo un brillo especial, indescifrable, en los cual me permito perderme por un momento.

—Y siempre te lo recordaré, Minha —dice serio, sin un atisbo de diversión o burla, aún con ese brillo en sus ojos. Aparto la mirada de repente avergonzada por lo anterior dicho y mi mirada cae en cierto chico, el cuál me ve sin expresión alguna desde donde se encuentra.

Yeosang en ningún momento me aparta la mirada, puedo reconocer a Seonghwa que se encuentra frente a él y, a su vez, de espaldas a mí. Parece estar contándole algo emocionado, hasta que veo a Yeosang mover sus labios, frunzo el ceño ya que no sé si intenta decirme algo o si sólo le habla al chico frente a él. La primera opción queda descartada al notar como Seonghwa gira su cabeza levemente en mi dirección, entonces una mano aparece en mi campo de visión, moviéndose de arriba hacia abajo, sigo al dueño de tal mano y veo a Wooyoung observarme con curiosidad.

—Lo siento, ¿qué decías? —digo finalmente cuando me doy cuenta que él había estado llamándome hace unos segundos atrás.

Un suspiro sale de sus labios y finalmente habla;— te preguntaba si irías al entrenamiento de hoy.

—Oh, no, no asistiré y puede que no lo haga por algún tiempo —digo y noto como hace sobresalir su labio inferior formando un puchero.

¿Cómo se podía ser tan adorable?, Wooyoung un día de éstos terminarás matándome.

—¿Por qué? —coloca sus codos sobre la mesa y apoya su mentón contra sus manos mirándome con suma atención y me siento nerviosa cuándo sus ojos miran directamente a los míos.

—D-debo darle unas tutorías a Yeosang —me golpeo internamente al darme cuenta de mi tartamudeo y también porque mi voz ha sonado un poco más aguda de lo normal.

—Ah —dice seco, junta sus labios en una línea y frunzo el ceño cuando lo veo levantarse y tomar sus cosas—. Vamos, falta poco para que comiencen las clases —asiento y aún con mi semblante lleno de confusión tomo mis cosas y, finalmente, me levanto. Caminamos hasta fuera del comedor en silencio y él se gira frenando su paso de repente, y yo, al notar la cercanía, trago saliva deteniendo mi paso tambien.

—Nos vemos luego, supongo —hace una corta reverencia y sin esperar respuesta de mi parte se da la vuelta y se va.

¿Acaso dije o hice algo mal?

 

 

 


 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 

 

 

 

Camino por los pasillos hasta llegar a la biblioteca, al entrar noto a unos pocos estudiantes en el lugar, algunos leyendo, otros haciendo tarea, incluso un chico se encontraba con la cabeza entre sus brazos —probablemente está dormido—. Pero, al buscar un poco con la mirada, no logro ver a Yeosang, por lo que me digo a mí misma que he llegado primero y que debo esperarlo. Camino hacia la mesa en la que se halla el chico durmiendo y me siento al otro extremo de ésta misma para no molestarlo, acción que no tuvo éxito, el chico al parecer ha notado mi presencia puesto que le veo alzar su rostro y mirar en mi dirección.

Me sorprendo al notar que se trata de Seonghwa, él me dedica una leve sonrisa a modo de saludo y se la devuelvo.

—¿Por qué estabas durmiendo? — pregunto en voz baja algo curiosa.

—Espero a mi madre —le miro algo confundida y sin darme tiempo para preguntar él mismo responde a la duda que comienza formarse en mi cabeza—. La bibliotecaria —dice finalmente y le veo sorprendida.

—Perdona la demora —tanto Seonghwa como yo nos giramos en dirección a aquella voz y nos encontramos a un Yeosang respirando entrecortadamente—. Es que el profesor de biología nos retuvo dándonos una charla —se excusa y yo asiento sin tomarle mucha importancia puesto que recién llegué también.

Yeosang deja su mochila en el piso y jala la silla a mi lado para poder sentarse, saca un cuaderno y un lápiz.

Seonghwa nos mira algo curioso pero no dice nada al respecto, por mi parte, decido sacar un par de libros que me ayudarían próximamente en las tutorías con Yeosang. Y entonces, comienzo a explicarle.

—No entiendo —bufa luego de que le he explicado al menos tres veces sobre pasado continuo.

—Yeosang, ¿exactamente qué es lo que no entiendes? —pregunto tratando de mantener la poca paciencia que me queda.

—¡Ni una mierda! —grita exasperado y escucho una risilla a mí lado seguido de un regaño por parte de la bibliotecaria.

—Cállate, harás que nos echen —regaño entre susurros y él bufa nuevamente—. Eres un bruto.

—El problema es que no sabes explicar —gruñe y yo le miro con una ceja alzada.

—No tengo la culpa de que tu diminuto cerebro no sea capaz de entender algo tan básico como ésto.

—Vete al diablo —apreta la mandíbula mientras me fulmina con la mirada.

¿Cómo podía darle tutorías así?, cuando no hace el mínimo esfuerzo.

—Qué linda pareja hacen —Yeosang y yo miramos a Seonghwa como si fuera el bicho más raro del mundo y él ríe.

—Yo jamás estaría con un idiota como éste —suelto en un bufido y Seonghwa suelta una carcajada.

—Pero bien que estabas de caliente besándome como si no hubiera un mañana —dice Yeosang con burla y yo abro los ojos hasta más no poder.

Siento mis mejillas encenderse de la vergüenza por la forma tan descarada en la que lo dice, tanto hasta el punto de parecer un tomate, e inmediatamente me levanto tomando mis cosas bajo la mirada divertida de ambos chicos sobre mí. Me siento indignada.

—Es todo por hoy —digo apurada y, sin esperar respuesta alguna por parte de los chicos, salgo de la biblioteca.

don't be a fool ; kang yeosang (ateez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora