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Luego de lo sucedido en la habitación de Wooyoung, ni Yeosang ni yo cruzamos palabra alguna, sólo nos ignoramos. Tampoco seguimos jugando –hecho que agradecí profundamente–, Seonghwa propuso ver películas y eso hicimos hasta que, uno a uno, nos fuimos quedando dormidos. En la mañana del sábado las chicas decidimos hacer el desayuno mientras ellos limpiaban el desastre de la noche anterior, luego de eso cada quien se fue a su casa.

El resto del fin de semana estuve haciendo tareas y estudiando un poco.

Ya es lunes y como era habitual me encontraba acompañando a Yunho al entrenamiento, con la única diferencia de que ésta vez no me encontraba tan emocionada como las veces anteriores.

Durante el entrenamiento me entretengo mientras juego en mi teléfono, unas que otras veces miro a los chicos jugar y mis ojos se posaban en él nuevamente.

Estoy consciente que Wooyoung y Hyesun tienen algo, pero no quita el hecho que aún me guste, después de todo uno no elige de quién enamorarse y si bien no es del todo cierto que estoy enamorada, la verdad es que los sentimientos que tengo hacia Wooyoung son tan grandes que no dejará de gustarme en algún tiempo, mucho menos cuando sigue tratándome de esa manera.

—¡Qué cansado estoy! —dice el moreno a la par que se sienta a mí lado, alzo la vista para concentrarme en él, se recuesta a mí lado y coloca su cabeza en mi regazo, le pido a mi corazón que se calme cuando lo siento acelerarse.

Wooyoung cierra los ojos y me tomo un momento para admirarlo de cerca, algunas gotas de sudor recorren su frente y me reprimo las ganas de secarlas. Me doy la tarea de detallarlo detenidamente, luce un tanto cansado, se nota también por la manera en la que respira entrecortadamente, la piel de su rostro luce lisa, sin algún rastro de acné o mancha, un tanto brillosa por el sudor ¿cómo es posible que fuera tan hermoso?, incluso estando sudado conseguía verse bien.

Sin resistir mucho más, tomo un pañuelo y comienzo a secarle el sudor, también me tomo el atrevimiento de peinar algunos cabellos que se encuentran pegados a su frente. Él abre los ojos y me mira fijamente, trato de ignorarlo pero se me hace casi imposible considerando que nos encontrábamos muy cerca.

—Minha —dice serio y entonces me atrevo a mirarlo a los ojos, él se sienta nuevamente y yo sigo cada movimiento con mi mirada— ¿Te gusta Yeosang? —frunzo el ceño ante aquella absurda pregunta.

—No —digo completamente segura aún con el ceño fruncido, él sonríe.

—Es un alivio saberlo —y, sin más, se levanta dejándome completamente confundida.

 

 

 

 

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—Señorita Jeong, ayúdeme con ésto, por favor —el profesor Lee me tiende una pila de libros y comienza a caminar, lo sigo. Vamos camino a la biblioteca—. ¿Eres pariente de Jeong Yunho, cierto?

—Correcto —digo simple.

—Supongo que debe conocer a sus compañeros del equipo de baloncesto —asiento sin entender de qué va la conversación pero me mantengo callada—. ¿Conoce a Kang Yeosang? —asiento—. Está a punto de reprobar mi materia —lo miro sorprendida, pero luego frunzo el ceño sin entender aún a qué quiere llegar—. Eres de las mejores en mi materia, me gustaría que le ayudes.

—¿Me pide que le dé tutorías? — pregunto incrédula.

—Sé que no estudian juntos y que tal vez sea un problema por sus horarios —llegamos a la biblioteca y él abre la puerta, me indica que pase primero y luego de entrar ambos nos dirigimos hacia la bibliotecaria—. Pero también sé que se ven muy seguido —me reprimo las ganas de preguntarle cómo sabe eso y, a cambio, estoy por preguntarle porqué le preocupa tanto la nota de Yeosang pero me interrumpe al dirigirse a la bibliotecaria—. Aquí tiene, son los quince libros que tomé prestado —la bibliotecaria asiente mientras toma los libros y llama a otra chica para que los acomode en su sitio, le acerca al profesor otro libro y éste lo firma. Nos despedimos de la mujer con una leve reverencia y luego retomamos camino fuera de la biblioteca.

—¿Por qué me pide que haga eso? —pregunto al fin y él me mira deteniendo su paso cuando ya estamos fuera.

—Eres la mejor de mi clase, ya te lo dije —niego con la cabeza.

—Me refiero, ¿por qué hace ésto por él? —él susurra un "oh", entendiendo entonces lo que quiero decir.

—Lo hago por su madre, fuimos amigos en la época universitaria, éramos muy cercanos hasta que... —frunce el ceño y luego sacude su cabeza— ...la cosa es que Yeosang quiere entrar a la universidad Central de Seúl, pidió una beca deportiva pero debe tener buenas notas en todas las materias para que se la aprueben, y necesita ayuda en sólo dos materias, Inglés y Lengua Coreana.

Vaya, las humanidades no son lo suyo.

—Entiendo —digo al fin—. Está bien, hablaré con él para ponernos de acuerdo con el horario —él me agradece y luego hace una reverencia de despedida, correspondo de igual manera y me dirijo hacia las canchas.

De camino pienso en que debo pasar más tiempo del que quisiera junto a él y sin quererlo empiezo a ponerme nerviosa, no habíamos cruzado palabras, ni siquiera una mirada desde el día de la pijamada, bueno, desde lo sucedido en la habitación, para ser más exactos.

No sé qué pase por su mente, pero yo sólo me encuentro algo avergonzada por lo sucedido ese día, recuerdo la manera en que bailé y luego la situación comprometedora en la que estuvimos enveltos y lo que hicimos mientras estábamos en aquella habitación, como estaba a horcajadas de él y la manera en que nos besames, o mejor dicho, todo.

Sacudo la cabeza en un intento por alejar esos pensamientos y, debido a lo distraída que camino, sin querer, me choco contra un pecho duro y firme. De inmediato pido disculpas y, cuando estoy a punto de apartarme, una mano se posa firme en mi cintura. Miro sorprendida a aquella persona y me encuentro con la mirada de Wooyoung.

don't be a fool ; kang yeosang (ateez)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz