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Definitivamente la mejor faceta de Yeosang es la sobreprotectora.

Me causa tanta ternura verlo estar tras Yuri todo el tiempo, cuidando que no se haga daño con algún juguete o que se lleve algo que no debe a la boca.

Seguramente debo verme como una estúpida sonriendo todo el rato ¡pero como no hacerlo! él está haciéndole cosquillas y sus melodiosas risas son suficientes para hacerme sentir plena y, de cierta manera, me da algo de paz interior. Siento que estamos en un buen momento y no dudo en aprovecharlo al máximo.

Después de todo nunca sabemos que nos depara el día de mañana.

Salgo de mi burbuja en cuanto Yuri se estrella contra mí y abraza mis piernas, intentando ocultarse de Yeosang que viene con las manos en alto y una sonrisa juguetona en sus labios, con claras intenciones de repartir más cosquillas. Pero, en lugar de ir hacia la niña, me toma a mí y no tardo en retorcerme como gusano cuando sus dedos comienzan pinchar mi estómago.

—P-para jajajajaja por favo-vor jajaja —ruego pero él continúa con el asalto.

—Sólo si me besas... —dice mientras yo sigo riendo a carcajada limpia.

—B-basta, voy a b-besarte pero ¡para! —él finalmente deja de hacerme cosquillas y yo lo tomo del rostro para atraerlo hacia a mí y estrellar mis labios contra los suyos.

—¡Iugh! —se queja la pequeña, haciendo que Yeosang y yo nos separemos para romper en carcajadas. Yuri se va corriendo por el pasillo y yo vuelvo mi atención al rubio.

—Si querías un beso sólo tenías que pedirlo —le digo.

Él se encoge de hombros, —Así es más divertido.

Sonrío y vuelvo a plantearle un beso en sus labios.

Nunca me cansaré de decir que sus besos son los mejores, me hacen sentir tantas cosas con tan sólo un roce. Es tan adictivo como una droga y tener acceso total a ello cuando quiera sólo lo hace más placentero.

— ¡Tío! ¿podemos ir al parque? —Yuri vuelve corriendo hasta nosotros, con tanta energía y alegría que logra contagiarme un poco—. ¡Prometo portarme bien! ¿podemos? —le hace ojitos de cachorrito y yo me derrito ante la ternura que me da.

Yeosang no dice nada, parece estarlo pensando, mira a la niña con cierta duda en su rostro. Finalmente suspira.

—No podemos dejar a la abuela sola —la desilusión de la pequeña no se hace esperar, hace puchero, sacando su labio inferior y colocando ojitos tristes. Muerdo mi labio inferior.

—Puedo cuidarla mientras van al parque —las palabras salen por sí solas, sin darme chance alguno a pensarlo bien y, cuando veo la expresión sorprendida de Yeosang, siento las ganas de retractarme.

—¿Cómo crees que voy a salir y dejarte cuidando de mi abuela? —responde, aún con la sorpresa reflejada en su semblante y niega con la cabeza—. No, no.

—¡Tenga una idea! —Yuri llama nuestra atención dando brinquitos y la vemos con atención hasta que se va corriendo por el pasillo nuevamente. Cuando ve que no la seguimos se voltea y nos hace señas.

Veo a Yeosang y su rostro sólo refleja confusión, seguramente me veo igual que él. Sin preguntar, vamos tras la niña y la vemos entrar en la habitación de la mayor.

Yuri se posa frente a la mujer, ésta no tarda en percatarse de la presencia de la menor y la mira con ojos cansados.

—Abuela, ¿le gustaría ir al parque? —la voz de la niña suena dulce y baja, como si temiera alterar a la mujer frente a ella—. Quiero ir pero el tío Yeosang dice que no podemos dejarla sola ¿puede ir con nosotros? —Yuri la mira por un rato con sus ojitos llenos de ilusión, en espera de una respuesta pero, al no recibirla, sólo baja la cabeza.

don't be a fool ; kang yeosang (ateez)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ