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26 de septiembre de 20**.

Sentir su suave piel contra la mía, su acompasada respiración mezclarse con la mía, el calor que su cuerpo le proporciona al mío, nada del mundo se compara a ésto, a la sensación de estar completa entre sus brazos y las miles emociones que él me hace sentir con sólo mirarme, todo ésto se siente tan bien que parece irreal.

Miro su rostro completamente relajado y como la escasa luz que se cuela por la ventana de mi habitación da en su hermoso perfil haciéndolo lucir más perfecto de lo que ya se ve. Me atrevo a acercar mi mano a su cara y retirar algunos cabellos que caen rebeldes sobre su frente y que cubren un poco sus ojos, mi mano pasa a acariciar su mejilla suavemente y le veo sonreír aún con los ojos cerrados.

—Buenos días, preciosa —su melodiosa voz, que se oye ronca, me hace sonrojarme al sentirme atrapada observándole mientras dormía—. ¿Cómo amaneces?

—Mejor que nunca —le digo sinceramente con un tenue tono rojizo en mis mejillas, y podría decir que incluso mis orejas están rojas—. ¿Tú?

—Contento de amanecer junto a ti —me sonrojo con fuerza y él sonríe—. Dime, yo anoche... uhm... ¿te hice daño? —pregunta suavemente y yo muero de ternura. ¿Cómo puede ser tan hermoso?.

—A decir verdad... —él abre sus ojos a tope y yo suelto una risilla divertida—. Tranquilo, fuiste muy cuidadoso, no te preocupes —le sonrío tratando de transmitirle tranquilidad y su expresión se relaja—. Aunque admito que me duele un poco el cuerpo.

Él pasa su brazo por mi abdomen y me apreta contra él; —Ya se te pasará, la primera vez es así... las próximas veces será más placentero —y vuelvo a sonrojarme. Él ríe—. Eres tan tierna.

Vas a matarme un día de éstos, Kim Hongjoong.

Unos toques a la puerta nos pone en alerta a ambos y más aún la voz de mi madre tras ésta; —Hija, ¿sabes algo de Hongjoong, parece que no pasó la noche en casa —él y yo nos miramos y no evitamos pasar saliva.

Rezo internamente por haber pasado llave pero, por más que intento, no recuerdo el haberlo hecho. Muerdo mi labio inferior y le ruego con la mirada que se esconda antes que mi mamá irrumpa en la habitación pero ya es demasiado tarde, mi madre ya ha abierto la puerta y para mala suerte de ambos fue justo cuando él salía de entre mis sábanas, dejando al descubierto su cuerpo desnudo y parte del mío.

No hacen falta tener tres dedos de frente para deducir lo que ha pasado y mi madre lo capta al instante, sus ojos se abren a más no poder al igual que sus labios se curvan en una perfecta "o" que intenta ocultar con una de sus manos.

—¿¡Pero qué demonios...!? —estamos muertos.

Despierto de golpe y me siento en la cama, el sudor recorre mi frente y los laterales de mi rostro, mi respiración se encuentra totalmente acelerada. Miro a mi alrededor y suspiro aliviada al notar que estoy en mi habitación, en casa de mi padre y que esa escena fue sólo una pesadilla, un tormentoso recuerdo de mi pasado.

Poco a poco mi respiración va volviendo a la normalidad. Busco la hora en mi celular y la luz que la pantalla de éste desprende me encandila un poco, obligándome a cerrarlos de golpe y abrirlos lentamente hasta que mi vista se acostumbra al brillo de la pantalla.

El reloj marca las 4:27 AM. Suspiro y me llevo las manos al rostro para apartar los cabellos que se pegaron debido al sudor y decido levantarme por un poco de agua, ya que de pronto siento mi garganta seca.

don't be a fool ; kang yeosang (ateez)Where stories live. Discover now