ALL OF ME [Chris Evans]

Citas

—Entonces, déjame ver si entendí — pone pausa a la película, tiene el control en las manos y mira con los ojos entrecerrados la mesa ratona frente a nosotros, como si ese punto en especifico le ayudase a concentrarse. Intento no reír — ¿Ellos en realidad son su familia? 

-Chris no puedo creer que jamás hayas visto Diario de una pasión

Estoy impactada y ¿para qué mentir? un poco ofendida también. Estuvimos discutiendo como por 15 minutos, todo para que al final Chris escogiese una película que no ha visto. Si lo pienso bien eso tiene algo de sentido, pero por otro lado aún no termino de entender que lo llevó a decidirse por el genero romántico si casi no le gusta. 

—Es que no tengo mucho tiempo para ver películas — se excusa, alzando los hombros. 

—Bueno, eso es bastante irónico si consideramos que te dedicas a hacer películas. Además, es un clásico. 

Niega con la cabeza, llevándose otro puñado de palomitas a la boca. 

—No es tan clásica — replica seguro — y no se que le ven a Noah — añade, llevando otro puñado de palomitas a su boca. 

Mírenlo ahí, sentado como si no acabara de soltar la tontería más grande que he escuchado. 

-¿Como que qué? Hola ¡es Ryan Gosling!

—Yo soy más guapo que ese sujeto. 

La risa que me sale es mordaz y escandalosa. Incluso tengo que obligarme a calmarme un poco cuando comienza a dolerme el estómago. 

Chris me mira con una ceja enarcada. 

 —Eso quisieras, campeón — finjo limpiarme una lagrima. 

Me mira ofendido aunque la diversión brillando en sus ojos envía un mensaje muy diferente. Pone pausa a la película y lo próximo que siento es que estampa uno de los almohadones de decoración en mi cara. 

—Oh, no lo hiciste. 

—No — se encoge de hombros el muy ingrato antes de volver a mirar la pantalla como si nada — No lo hice. 

Le devuelvo el golpe y él no se queda atrás, decido ponerme de pie para tener alguna ventaja ya que él es más grande que yo. Le lanzo el almohadón desde arriba y él hace amago de golpearme con el que tiene en las manos y que en un principio intentó usar de escudo, pero el sonido de un móvil lo hace parar. 

Se queda quieto, mira cada rincón del living buscando e intentando ubicar el aparato a través del sonido. 

—No es el mío — mis palabras parecen hacerlo reaccionar pues de inmediato se levanta del sofá. Coloca la almohada en su lugar y acto seguido va en busca de su celular, que termina encontrando en uno de los bolsillos de la chaqueta de mezclilla que llevaba puesta hoy. 

Mira la pantalla en silencio. 

Arqueo una ceja porque el celular sigue sonando y él no parece tener intenciones de responder. 

—¿Chris? 

—Es Jenny.

—Oh. 

Vamos, puedes hacerlo mejor. 

»¿No piensas contestar? 

No responde y a mí me sorprende que Jenny no se rinda. 

Pienso que va a rechazar la llamada cuando suena por quinta vez pero entonces asiente con la cabeza gacha, como si se diese la orden a sí mismo. Luego me echa un vistazo antes de llevarse el aparato a la oreja.