ALL OF ME [Chris Evans]

El sí

Llegó el día. 

Por fin y mentiría si dijera que pude dormir, ni siquiera sé como hice para sobrevivir la noche. Los nervios no me abandonaron, tampoco la emoción, eran tantas cosas que Liz tuvo que quedarse conmigo en la alcoba, bueno... por eso y para asegurarse (según ella) de que Chris no me hiciera una visita nocturna clandestina. 

—Quédate quieta, ya casi está — murmura Scarlett, terminando de acomodar la tiara sobre mi cabeza. 

No puedo ver nada, ya que todo lo han hecho conmigo de espaldas al espejo y eso me pone más ansiosa. Solo siento sus manos tratando de ser cuidadosas al colocar los broches para sostener el hermoso accesorio de cristales. 

—¿Ya está? 

—Pero que impaciencia contigo, por Dios — suspira Emily, girando los ojos — Que bueno que del maquillaje se encargaron los estilistas o yo te habría dejado como payasa con tanto movimiento y preguntas que haces. 

La risa de Lizzie inunda la habitación. 

—Algo me dice que eso habría pasado de cualquier modo, Em. Aún no dominas la técnica del delineado, tienes pulso de borracha con Parkinson. 

La rubia no parece ofendida, sino todo lo contrario. Una sonrisa divertida se dibuja en sus labios al responderle. 

—Bueno, pero habría hecho mi intento. 

—¿Puedo verme ya? 

—De eso nada — Gillies viene rápidamente a nuestro lugar con una sábana blanca — No hasta que terminemos contigo. 

Observo ceñuda y divertida como la coloca a lo largo del espejo de cuerpo completo. 

Scarlett me pide que me cubra el rostro sin tocarme la piel directamente para comenzar a rociar el fijador desde todos los ángulos. Las chicas la molestan al comenzar a toser de forma exagerada, pero la rubia hace caso omiso y termina su trabajo con una sonrisa satisfecha. 

—Venga arriba. Es hora de colocarte el vestido. 

Me coloco las zapatillas de diez centímetros y luego me quito el albornoz blanco, dejando que Daniella y Lizzie me ayuden a meterme en el diseño exclusivo que hasta ahora había estado luciendo un maniquí. 

El caos nos toma, como de costumbre pues es bastante tela y el cuidado es extremo al tratar de no dañar el peinado, el maquillaje o la misma falda del vestido. Sin embargo, al final lo conseguimos. Quitan la sábana del espejo y, como a todas, me entran las ganas de llorar con mi deslumbrante reflejo. 

El corte princesa es un sueño. 

Las mangas son caídas y largas, hechas a base de encaje y transparencias que resaltan el escote profundo en V y el corsé de encaje y pedrería. Este remarca mi busto pero al mismo tiempo tiene un aire de delicadeza exquisito y es entallado, me hace una cintura que jamás creí tener.