Cada mañana

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Narrador Omnisciente

—¿Crees que debamos despertarlos? — de pie bajo el marco de la puerta, Carly no podía apartar la mirada del interior de la habitación de Victoria, así como tampoco era capaz de dejar de sonreír con la escena que protagonizaban su hermano y, tal vez, su futura cuñada. 

Victoria le agradaba, mucho en realidad. Le gustaba tanto como para considerarla parte de la familia y ahora lo que se preguntaba era cuanto tiempo más necesitaba Chris para seguir haciendo el tonto. 

Los pensamientos de Lisa no distaban mucho de los de su hija. Desde el primer momento que Chris mencionó a Victoria, supo que entre los dos había algo muy especial. Aún cuando ellos se esmerasen en repetir que solo eran amigos, eso parecía ser más un recordatorio para sí mismos que para el resto de personas.

Nada más hacia falta mirarles interactuar para darse cuenta. Cada vez que sus miradas se cruzaban expresaban el más puro cariño, sí, pero más del cariño que está a un paso de convertirse en amor. 

—Mamá, si les dejamos van a venir despertando a la hora de la comida — murmuró Shanna, con un tono divertido. 

No les extrañó la su ausencia de ninguno durante el desayuno, hasta que el reloj marcó las 11 de la mañana y no les quedó más remedio que ir a buscarlos. Para cuando ella se encargó de avisarles que Chris no estaba en su habitación, Carly y su madre ya se encontraban observando cierta escena en aquella habitación.

Chris nunca dormía hasta tarde y mucho menos con la puerta abierta, pero en esa ocasión estaban tan perdidos en su propio sueño que ni siquiera el ruido de los demás miembros de la familia Evans, los despertó.

—Vaya esto es digno de una foto — soltó Scott con un silbido — iré por mi cámara — hizo amago de retirarse pero Lisa lo tomó de la oreja antes de que pudiera dar un solo paso.

—Ni siquiera lo pienses — lo miró con reprobación y luego regreso la vista al interior de la habitación — Vámonos, hay que dejarlos descansar.

—¿Dejarlos descansar? — preguntó con sorna el menor de los Evans — ¿Ya viste la hora que es?

Lisa, Shanna y Carly ignoraron su pregunta y bajaron las escaleras en dirección al comedor.
Al rubio no le quedó más remedio que seguirlas, no sin antes cerrar con sumo cuidado la puerta del cuarto.

Victoria

Siento la molesta luz del sol darme de lleno en la cara y me obligo a abrir los ojos, parpadeo un par de veces para acostumbrarme y una vez que lo logro,  intento moverme pero el agarre en mi cintura me lo impide. Miro por sobre mi hombro y cuando veo a Chris vuelvo a ese estado en el que últimamente me sumerjo si llega a acercarse de más.

De repente me cuesta respirar, como si hubiese corrido un maratón de 10 kilómetros. Vuelvo a mirarnos. 

Yo duermo como una loca. Siempre lo he hecho. Me muevo, doy manotazos, suelto golpes, doy abrazos y jalo las mantas, pero eso nunca me ha preocupado porque obviamente me voy sola a la cama y amanezco de la misma manera. Pero ahora es diferente. 

No sé que pasó anoche pero puedo deducir que le quité la cobija a Chris, ya que la mitad de ella está colgando hacia el piso y la otra mitad es la que me cubre. Sin embargo, a él parece no molestarle mucho. Se las arregló para enjaularme en sus brazos, de modo que él es la cuchara grande y como si eso no fuese demasiado con lo que lidiar, una de sus piernas está entre las mías. No hay distancia, no hay espacio, ni el aire pasa entre nosotros. 

Sintiendo la necesidad de escapar, comienzo a moverme con cuidado. Lo último que quiero es despertarlo pero apenas logro desplazarme un par de centímetros sobre el colchón cuando afianza su agarre en mi cintura y me atrae a su pecho nuevamente. Esconde la cabeza en el hueco de mi cuello, su respiración me hace cosquillas y me pone la piel de gallina, y quisiera decir que eso es lo peor de estar en esta posición, no obstante, no se compara en nada con la dureza que pronto maltrata mi trasero. 

ALL OF ME  [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora